El presidente de la NCAA se enfrenta a las críticas del Partido Republicano por la participación de atletas transexuales en deportes femeninos

Los legisladores republicanos criticaron al presidente de la NCAA, Charlie Baker, por permitir que atletas biológicamente masculinos participen en deportes femeninos. Baker, que fue gobernador republicano de Massachusetts, fue sometido a un intenso interrogatorio sobre la equidad de esta política durante una audiencia del Senado sobre apuestas deportivas. Los senadores del Partido Republicano argumentaron que permitir que los atletas transexuales compitieran en equipos de su sexo biológico opuesto presentaba desventajas físicas evidentes. En la actualidad, la política de la NCAA deja que cada deporte determine sus políticas sobre la participación de transexuales, basándose en las políticas de su organismo rector nacional. En ausencia de tales políticas, se aplica la política de la federación internacional del deporte. Cuando el senador republicano John Kennedy, de Luisiana, le preguntó si un varón biológico siempre tendría ventaja en las competiciones atléticas frente a una mujer biológica, Baker lo consideró inicialmente “discutible”, pero después se mostró de acuerdo. Defendió que se permitiera a las mujeres transexuales participar en deportes femeninos, argumentando que así lo exigían la ley federal y las decisiones judiciales. Sin embargo, el senador republicano Josh Hawley, de Misuri, rebatió estas afirmaciones y criticó las políticas de la NCAA por suponer una carga para las deportistas femeninas. Las respuestas de Baker, sugiriendo que la política de la NCAA viene impuesta por la “política federal”, fueron tachadas de evasivas por los senadores, que también cuestionaron la postura de la organización a la hora de permitir que las personas transgénero utilicen los vestuarios, las duchas y los aseos de acuerdo con su identidad de género. Los atletas transgénero de hombre a mujer conservan ciertas ventajas fisiológicas a pesar de la supresión hormonal, lo que les lleva a competir en condiciones injustas contra las atletas biológicamente femeninas. Imponer la necesidad de que las atletas femeninas compitan contra sus homólogos transgénero socava el razonamiento fundamental para tener categorías deportivas separadas por sexo, negando a las atletas femeninas oportunidades y reconocimiento equivalentes. Esta postura también fue respaldada por un informe de la ONU publicado en octubre y por un estudio publicado en el Journal of Medical Ethics en 2019.

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