El último movimiento ejecutivo de la administración Biden-Harris es una prueba de que la izquierda puede suponer una inmensa amenaza para la existencia de Estados Unidos, como se desprende de recientes políticas controvertidas.
Sneha Nair, nombrada asistente especial de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, ha abogado por políticas de desarme como la reducción o incluso la eliminación completa de las armas nucleares.
Nair también cree que el avance de la “teoría queer” es vital para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Según Nair, la teoría queer es intrínseca a la lucha por la política nuclear; pone en tela de juicio la percepción de las armas nucleares como instrumentos de seguridad al destacar el desplazamiento, la enfermedad y el trauma causados por su producción y ensayo.
El argumento aquí es que los principios de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) son la forma de prevenir la guerra nuclear.
Sí, ha leído bien.
Este planteamiento, basado en la agenda DEI de Nair, es el último ejemplo de que el wokeísmo y las iniciativas DEI tienen un efecto cancerígeno en las políticas estadounidenses.
La suposición de que la realidad del mundo se alinea con una utopía woke pacífica es peligrosamente ingenua, ya que ignora las amenazas que plantean las potencias internacionales.
Nuestro ejército debe ser fuerte y estar preparado para todo, no envenenado por ideologías radicales que nos hagan bajar la guardia.
La conexión previa de Sneha Nair con el Instituto Stimson, que recibió una amplia financiación de la Open Society Foundations de George Soros y de la Embajada del Estado de Qatar, da aún más motivos de preocupación.
Además, el énfasis de Nair en compartir los secretos nucleares de Estados Unidos con personas de diversas razas con vínculos extranjeros sería desastroso para la seguridad nacional.
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