Riccardo Simonetti, Embajador de Buena Voluntad LGBTQ+ de la Unión Europea, ha decidido burlarse vergonzosamente de la Virgen María, de la Sagrada Familia y de todos los cristianos.
En el número de diciembre de la revista alemana LGBT Siegessaule Magazin Simonetti aparece en varias fotos de Navidad vestido de Virgen María. En una de las fotos, Simonetti, que lleva barba, aparece vestido como la Virgen María y sostiene a un niño recién nacido en sus brazos. En una segunda foto, de nuevo vestido como la Virgen María y con un niño recién nacido en brazos, Simonetti es abrazado por otro hombre vestido de José, y en una pose propia de la escena del Nacimiento deliberadamente diseñada para presentar una versión homosexual de la Sagrada Familia. Es significativo que el color rosa de la túnica de José haya sido el escogido específicamente para, junto con el azul del velo de Simonetti y el blanco de su túnica, conformar los colores de la bandera transgénero.
Como el propio Simonetti declaró con orgullo en Instagram: “Si ignoramos que Jesús no era blanco, bien podríamos creer que la Virgen María tenía barba, ¿por qué no? Agradecimiento especial a mi amigo @akwantu por interpretar a José en nuestra reciente fotografía poniendo en escena a la Sagrada Familia utilizando la bandera del Orgullo trans como Inspiración 🏳️⚧️❤️”.
El beneficio que Simonetti esperara obtener al burlarse de los cristianos durante la época navideña sigue siendo un misterio. Y también es un misterio por qué la Unión Europea seleccionaría a un provocador tan radical como su Embajador de Buena Voluntad LGBTQ+.
Las reacciones negativas a la provocación de Simonetti no se hicieron esperar. Un comentarista húngaro tuiteó:
El experto conservador estadounidense Rod Dreher reaccinó contundentemente:
Así que ahí lo tenemos. El Embajador de Buena Voluntad LGBTQ+ de la Unión Europea está atacando deliberadamente y de forma notoriamente pública por el poder mediático de su cargo a los cristianos durante esta temporada tan sagrada en la tradición cristiana. Y la Unión Europea no hace nada al respecto.
Ya es hora de que los europeos -de hecho, todos los cristianos- digan en voz alta y clara que no puede permitirse que una persona que se burla descaradamente del cristianismo represente a la Unión Europea; tampoco se debe proporcionar a esta representación blasfema una plataforma en ninguna sociedad educada.
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