La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha iniciado una campaña para contrarrestar la promesa del presidente Donald Trump de deportar a los extranjeros ilegales. Sin embargo, el congresista Mark Harris, representante de Carolina del Norte y pastor, ha expresado su desacuerdo con la medida de la ACLU, afirmando que no todas las personas que entran en el país cumplen los requisitos para ser solicitantes de asilo.
Harris cree que si la ACLU sintiera verdadera empatía por la difícil situación de los solicitantes de asilo, no intentaría acelerar el proceso de la actual administración, ya que podría obstaculizar a aquellos con solicitudes legítimas. La promesa de Trump va dirigida contra los extranjeros ilegales, centrándose inicialmente en los delincuentes y las amenazas potenciales para la nación, como los miembros de la banda de presos venezolanos Tren de Aragua, que actualmente opera en más de una docena de estados de EE.UU., entre ellos Carolina del Norte, al que Harris representa. Destacando el deseo de los votantes de ley y orden, Harris afirmó que el triunfo de Trump en las elecciones de 2024 sirvió de “mandato” para reforzar la seguridad fronteriza. Tras incorporarse recientemente al Congreso, Harris expresó la necesidad de fronteras seguras y de una aplicación rigurosa de la ley de inmigración.
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