Que el aborto es un crimen es algo que yo, personalmente, jamás podré dejar de creer. Aunque no es cuestión de creencias, si no de evidencias.
El problema está en esta sociedad hiperrelativista donde a todo el mundo le ha dado por decir: “Esa es tu creencia, y la respeto, pero yo pienso de otra manera”. Bueno, a todo el mundo he de decir que no, pues ya sabemos que están las super feministas radicales. Las cuales en lugar de proteger lo femenino, lo que hacen es echar tierra encima despreciando la maternidad e imponiendo sus “creencias” a base de violencia, intimidación, chantajes, burlas, engaños, y un largo etc.
Pero, como comentaba, el aborto es un asesinato a un inocente aún sin nacer, vivo y feliz acurrucado en el interior de su mamá.
Los motivos que llevan a una mujer a abortar son variados. Excusas que, fácilmente, se podrían rebatir ofreciendo las ayudas pertinentes en cada situación. Así nos encontramos con las que son demasiado jóvenes, las que ya tienen más hijos y no lo esperaban, las que en esos momentos no les viene bien porque están en pleno apogeo laboral, las que han tenido una noche loca y después ha llegado la sorpresa….
Pero también tenemos a las que se les comunica que su hijo (sí, su hijo), viene con una grave enfermedad. Ante lo cual se suele recomendar el aborto… Es decir, deshacerse de su hijo.
Existe también el llamado test de cribado, mediante el cual, entre las semanas 11- 13 de gestación, se realiza la detección precoz de problemas en el bebé. Pueden detectarse trisomías (enfermedades producidas por alteraciones cromosómicas) como el síndrome de Down, el síndrome de Patau o el Síndrome de Edwards.
En el caso de que el porcentaje saliera más alto de la media, se invita a la siguiente prueba: la amniocentesis. Conlleva el riesgo de aborto que es de un 0,5% y entre el 1% y 2% conlleva riesgo de complicaciones producidas por infecciones.
Además, ni siquiera es fiable pues en no pocas ocasiones se han avisado a los padres de que el niño venía con síndrome de Down, los padres han decidido continuar con el embarazo, y al nacer han visto que no era así.
He de añadir que es voluntaria. En mis 6 embarazos yo no me la he realizado. Doy por hecho que, si Dios me regala un hijo, será tal y como Él deseé. Y si tiene el síndrome Down, pues bienvenido a mi familia. Así que, por lógica, si no entra en mis planes el aborto, ¿para qué hacerme esta prueba?
Sin embargo, y muy tristemente, cada vez son más los que deciden abortar a estos niños.
Soy consciente que no debe ser fácil enfrentarse a esta situación. Más en nuestra sociedad tan acomodadita, en el estado de bienestar, donde hay que tener los menos problemas posibles y el máximo placer. Así que un niño Down, sí que es un problema para estas personas.
En mi opinión, son unos ángeles, con sus dificultades, los sufrimientos que suponen, los inconvenientes para todos los miembros de la familia… Pero hay muchos testimonios que confirman el enorme bien que les ha hecho ese niño en sus vidas.
Sea como sea, la realidad es que en el mundo están exterminando a estos niños. Apenas ya nos cruzamos con un Down.
La BBC News afirma que El 90% de las mujeres británicas cuyos fetos son diagnosticados con síndrome de Down optan por abortar, que es legal hasta el momento del nacimiento. Pero los activistas provida dicen que a los futuros padres se les dan consejos anticuados y se les anima a terminar con el embarazo.
El año pasado ya nos advertían que, en España, la población Down, ha bajado un 88%. Llegando a ser 150 los nacimientos al año y según las previsiones para el 2050, no habrá ninguno.
Pero esto es una realidad que afecta a todo el mundo, las cifras están bajando alarmantemente
Es lo que trae el progresismo, una auténtica selección humana. Tenemos a los aptos y útiles para el Estado, y por otro lado, a los inútiles, enfermos, que son exterminados. Exactamente igual como ocurrió con la eugenesia en la Alemania nazi.
Una verdadera crueldad de la que somos cómplices si la silenciamos.