En un comentario reciente, el escritor y sociólogo Frank Furedi, sostiene que “wokeness” no es un movimiento de base, sino un “proyecto desde arriba” creado y promovido por las élites. Furedi afirma que este “proyecto” pretende “remodelar los valores sociales y remodelar la sociedad”.
Según Furedi, los orígenes de la wokeness se remontan a la década de 1960, cuando un grupo de intelectuales empezó a propagar una “nueva moral” que rechazaba los valores tradicionales. Con el tiempo, esta nueva moral se convirtió en la corriente dominante y fue asumida por muchas élites del mundo académico, los medios de comunicación y la política.
Furedi sostiene que la wokeness es una forma de “autoritarismo cultural” que pretende controlar y manipular el comportamiento de las personas diciéndoles lo que pueden y no pueden decir o pensar. Afirma que la wokeness no consiste en promover la igualdad o la justicia social, sino en crear una nueva forma de poder basada en el control de los pensamientos y creencias de la gente.
Sin embargo, el sociólogo cree que, en última instancia, el wokeness está condenado al fracaso, ya que la gente acabará cansándose de que le digan lo que puede o no puede decir o pensar. Cree que la sociedad acabará rechazando el “proyecto de arriba abajo” de la wokeness y volverá a una sociedad más abierta y libre en la que la gente pueda expresar sus opiniones sin temor a represalias.
En resumen, Furedi sostiene en su comentario que la wokeness es un proyecto de arriba abajo para controlar la mente de la gente y transformar la sociedad. Aunque lo defiendan las élites, cree que en última instancia está condenado al fracaso y acabará siendo rechazado por la sociedad.
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