¡Abramos ahora mismo una botella, y de las buenas! No, no es un enésimo brindis retórico de principio de año, sino que este es un brindis por el título que aparece en la WEB del Instituto Guttmacher, la hoja de parra “científica” de Planned Parenthood, el proveedor de abortos más famoso e infame del mundo. En ese sitio WEB está escrito que 2021 fue el peor año del último medio siglo en lo que se refiere a la libertad para la práctica del aborto en los Estados Unidos de Norte América. Es decir, en 2021 se aprobaron más leyes para restringir el aborto que en ningún otro año desde 1973, cuando, el 22 de enero, el Tribunal Supremo federal cerró el caso Jane Roe, et al. v. Henry Wade, fiscal del condado de Dallas comúnmente conocido como “Roe v. Wade“, declarando el aborto no ilegal en todo el país.
A partir del 1 de diciembre de 2021, dice Guttmacher, nada menos que 106 restricciones en 19 estados diferentes de la Unión, empezando por la merecida ley de salvamento de Texas, que todavía hace que el Instituto se estremezca con otro titular, ¡digno de otro brindis!: Por primera vez en la historia han sido aprobadas más de 100 leyes provida en Estados Unidos en un solo año natural.
Así que abramos de verdad esa botella y sirvámonos un vaso bien lleno. Los niños que escaparon de la masacre en 2021 se lo merecen.
Quedan muchas consideraciones que hacer en este momento. Se harán en su momento, con calma y reflexión. Pero al menos un elemento sí que destaca en primerísimo lugar.
Digámoslo de otra manera: la violenta ofensiva a favor del aborto como “derecho” que la administración Biden ha convertido en un imperativo categórico ha producido la más rotunda heterogeneidad de objetivos. Y la larga ola de cuatro años de la administración Trump dedicada a defender el derecho a la vida sigue teniendo importantes efectos. Ningún sofisma, ninguna convergencia paralela de razonamiento político podrá jamás ocultar este hecho, un hecho inequívoco ante el que todos deberían inclinarse. Y algunos incluso se golpean el pecho.
Y se golpean el pecho con fuerza, ya que el gran éxito del movimiento provida estadounidense de 2021 aún no ha logrado socavar el descomunal número de víctimas del aborto en el mundo, que, a mediodía del 31 de diciembre, en el año más importante pro vida del último medio siglo de la historia de EE.UU. – como documenta el portal de estadísticas de alta fiabilidad Worldometers- registró la monstruosa cifra de 42,6 millones de abortos repartidos por todo el planeta, frente a los 8,2 millones de muertes en el mundo por cáncer, 5 por tabaquismo, 1,7 por sida, 1,3 por accidentes de tráfico y 1 millón por suicidio, además de los 3,5 víctimas del ogro de nuestros tiempo, el CoViD-19.
Pero no es el tipo de noticia que entusiasma en los discursos, sermones, comentarios y tertulias de Nochevieja.
Traducido por Jordi Picazo
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