Un portal de oscuridad se abre en la frontera con los Estados Unidos de América. Se ubicará en Tijuana, a sólo 10 kilómetros del puerto fronterizo de San Ysidro, y traerá a California el abortorio de la Fundación “Marie Stopes” México.
Sin reparar en que la personalidad en la que se inspiran, Marie Charlotte Carmichael Stopes (1880-1958), fue abanderada de la eugenesia y la anticoncepción, pero no de la “interrupción voluntaria del embarazo”, sus adherentes ya han instalado nueve establecimientos en suelo mexicano, tras la reforma que, en octubre de 2021, convirtió a Baja California en el primer y único estado mexicano fronterizo con Estados Unidos en despenalizar el aborto.
Su lema es “niños por elección y no por casualidad”. Lástima que sean otros los que elijan por encima de la vida de los no nacidos. Después de todo, el director médico de la Fundación Marie Stopes México, Alfonso Gerardo Carrera Riva Palacio, justifica su labor afirmando que la organización busca “apoyar a las mujeres para que puedan ejercer sus derechos”.
Por el momento, la idea de instalar una clínica abortiva flotante en la costa de Texas Mississippi, Luisiana y Alabama, propuesto por la Dra. Meg Autry, con el fin de sortear los obstáculos legislativos en esas jurisdicciones estadounidenses, se optó por la vía más expeditiva para encontrar un verdugo – un “sicario”, diría el Papa Francisco – realizar investigaciones allí donde la vida ya vale poco, debido al tráfico de drogas y la explotación de inmigrantes irregulares.
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