Last updated on octubre 19th, 2021 at 05:18 am
No es un secreto que la “revolución sexual” ha disminuido drásticamente la conformación de nuevas familias y la crianza de niños en la sociedad occidental. La disminución de la tasa de natalidad entre los europeos no tiene precedentes en la historia. Y lamentablemente, Italia se encuentra entre los países con más bajos índices de natalidad de toda Europa.
Las estadísticas muestran que la población de Italia se incrementó en 2016 y 2017. Sin embargo, después empezó a decrecer. La entidad pública de estadística de Italia (Istat), reportó que solo hubo 435 mil nacimientos en 2019, la cifra más baja registrada históricamente en el país. Simultáneamente a las 647 mil muertes en el mismo año, configuran el desolador futuro de Italia.
El constante aumento de nacimientos entre migrantes e inmigrantes ayuda a equilibrar la decreciente tasa de natalidad en el país. Pero el temor es que Italia llegue a un punto sin retorno, es decir, que haya más nacimientos de inmigrantes que de los propios italianos. De acuerdo a un estudio, los italianos serán minoría en su país en 2080, con un 50% de habitantes provenientes de África y Asia.
El presidente Sergio Mattarella lamenta esta caída en la tasa de natalidad de italianos, afirmando que: “Es un problema que afecta a la existencia de nuestro país. El tejido de nuestra nación se está debilitando, debemos hacer todo lo posible para detener este fenómeno”.
A parte de estos dos motivos principales (disminución de la tasa de natalidad y aumento de la migración de italianos), surge un tercero: El impacto de la pandemia y el gran número de victimas que ha dejado en el país.
Las cuarentenas por el COVID-19, han impactado severamente en la celebración de matrimonios. El número de matrimonios se redujo a la mitad en 2020, esto debido a los confinamientos suceisvos, reporta La Stampa. Sólo se celebraron 85 mil matrimonios en 2019, lo cual es exactamente la mitad de los 170 mil celebrados el año anterior. Esto sin duda contribuirá a la disminución de nacimientos en el corto plazo.
Las consecuencias del COVID van más allá del reducido número de matrimonios a otros aspectos de la vida. Miles de italianos han muerto por el virus chino, pero muchos más perdieron el deseo de vivir por el estrés, causado por la pandemia, y el gran aumento de uso de anticonceptivos. En agosto de 2020, la Industria Italiana de la salud, emitió nuevas normas para abortos farmacológicos en Italia, donde se permitía la obtención de un medicamento que induce al aborto hasta la novena semana de embarazo.
El aborto es otra pandemia que ha golpeado a la humanidad y que ha aumentado, no sólo en Italia, sino en todo el mundo en el año pasado. De acuerdo a estadísticas de Worldmeters.info, para el 18 de enero de 2021, se cometieron más de 2 millones de abortos en todo el mundo. Es decir, sólo en los 18 primeros días del año el aborto había cobrado más víctimas que la pandemia en todo el año anterior.
Gian Carlo Blangiardo, presidente del Istat, cree que: “es válida la hipótesis de que el clima de miedo e incertidumbre, además de las preocupaciones materiales, van a tener un impacto negativo en las decisiones de tener o no tener hijos en las parejas italianas”.
Se dice que las mujeres en Italia evitan tener niños porque se encuentran en una especie de protesta contra el deterioro económico y social. Ciertamente, los números hablan por sí solos. En diciembre de 2015, 15 ciudades italianas registraron una caída de 21.6% de nacimientos respecto a diciembre de 2019.
Sin embargo, a pesar de la pandemia, una luz de esperanza viene de los Fratelli d´Italia, un partido político nacional – conservador liderado por Giorgia Meloni. Fratelli d´Italia ha presentado al gobierno de Roma una importante iniciativa que consiste en proclamar oficialmente a su ciudad como la “Ciudad para la Vida”, e incluir este principio en el Estatuto de Roma. Si el gobierno de Roma se declara como una “Ciudad para la Vida”, probablemente esto tenga un “efecto dominó” en toda Italia y, tal vez, en toda Europa. Porque, si nada cambia y se mantienen estas tendencias, estarán encaminados a un suicidio demográfico.
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