En su podcast Alessando Sallusti comentaba la última locura Lgbt por suprimir “hombre” y “mujer”:
“Tolerancia es conceder a cualquier otro ser humano todos los derechos que uno reclama para sí mismo. Ahí, ciertos derechos no me interesan y quizá por eso a veces me vuelvo intolerante.
Me cuentan que la última noticia del mágico mundo LGBT, el mundo fluido en otras palabras, el mundo que no deja de sorprendernos, es cambiar oficialmente la definición de masculino y femenino.
En el futuro, según ellos, los que nazcan con atributos se llamarán “ Amab”, que significa “varón asignado al nacer”, y los que no tengan atributos se llamarán “Afab “, “mujer asignada al nacer”.
No tengo nada en contra de la fluidez de género, pero sé que se necesita algo sólido para construir, de lo contrario todo se viene abajo. Ahora, no es que estos de Amab me preocupen mucho, pero claro elige hoy, elige mañana, no es que vaya a servir de mucho. Queremos que comprendan que el que nace hombre siempre será hombre independientemente de cómo se llamará, cómo vestirá, con quién estará, qué operaciones podrá realizar para modificar su cuerpo, porque ahí están los genes y por mucho que la genética haya avanzado con sus extraños experimentos, esos permanecerán.
Y lo mismo, por supuesto, se aplica a una persona que nace niña. Podemos jugar infinitamente con las palabras, utilizar trucos y aún jugar al ilusionismo, pero la naturaleza es eso y no hay forma de escapar de ella.
Pero entonces me pregunto, ¿por qué engañar a los niños diciéndoles que eso es posible, que no son lo que son, sino lo que les gustaría ser? Creo que uno puede vivir pacíficamente su sexualidad sea cual sea sin negar la realidad, porque de lo contrario el resultado es que uno se convierte no en Amab, ni en Afab, sino simplemente en ridículo y patético.”
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