Hace 72 años se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se reconocieron los derechos inherentes a la naturaleza humana, un hecho histórico que se dio luego de los horrores vividos durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis creían que la raza aria era superior, y través de fusilamientos, cámaras de gas, campos de concentración y otros métodos homicidas asesinaron a seis millones de judíos, veinte mil romaníes y miles de polacos por considerarlos inferiores.
Que un grupo de poder exterminara a millones de personas no era nada nuevo. Las personas de raza negra también fueron consideradas inferiores privándoles de su libertad y de su vida. Tanto la esclavitud como los genocidios nazis se llevaron a cabo de forma legal, es decir autorizando el exterminio de seres humanos. ¿Legal? Puede ser. ¿Moral? ¿Ético? ¿Humano? Por supuesto que no.
Pese a todo el camino recorrido tras la Declaración de los Derechos Humanos la estrategia de deshumanizar a un grupo de personas para justificar su asesinato se repite. Esto ocurre hoy con el aborto, al promoverse el asesinato de los niños por nacer diciendo, falsamente, que no son personas. Los seres humanos desde la concepción hasta la muerte tenemos la misma genética que nos hace irrepetibles. Lo único que va cambiando es el aspecto físico durante las distintas etapas de la vida de una persona (embrión, niño, adolescente, adulto, anciano). En ninguna etapa se es más o menos humano.
El 2020 nos ha enseñado que no hay nada mas importante que la vida, y que estamos dispuestos a grandes sacrificios para cuidarla. La vida es el derecho humano más básico ya que si no existimos no podemos ejercer ningún otro así lo establece la Declaración Universal de Derechos Humanos: Art. 3.- “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Se protege la maternidad y la infancia en su art. 25.
Es importante destacar que los Nazis no inventaron las políticas eugenésicas. Fuente de inspiración fue Margaret Sanger (EEUU) decía que “el control de los nacimientos facilitará la creación de una raza superior.” Y que “el crecimiento de la clase obrera debería ser regulado, puesto que son imbéciles benignos, que estimulan a los elementos defectuosos y enfermos de la humanidad.” Sanger fundaría Planned Parenthood y la IPPF que es la organización anti-vida más grande, mejor financiada y con mayor fuerza a nivel internacional que existe en el mundo. Organización con filial en nuestro país.
Todas las cosas tienen precio; pero el hombre tiene dignidad. Y la dignidad no tiene grados, se adquiere por la propia existencia, y no está condicionada al físico, a inteligencia, o a las capacidades. No importa si es joven o anciano, sano o enfermo, embrión o infante, es una persona. El aborto no es considerado como un Derecho Humano, porque matar no es un derecho por atentar contra la dignidad humana y por lo tanto no ha sido reconocido, aunque ciertos grupos busquen “infiltrarlo” dentro de otros derechos de las mujeres.
Por ello, debemos enfocarnos en soluciones para erradicar el aborto y la violencia de nuestra sociedad, generando oportunidades, empleo, acompañando a las familias, promoviendo la conciliación de la maternidad y el trabajo y construir una sociedad que proteja la vida, principal Derecho Humano
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