En el Día Internacional de la Mujer, la asociación profamilia italiana “Il Family Day – Difendiamo I Nostri Figliri” presentó su balance de este aniversario:
La sensibilidad femenina como valor añadido en el compromiso por el bien común. Esta es la aportación que tantas mujeres que han colaborado con el movimiento profamilia italiano hacen a la política y al mundo asociativo, contribuyendo al crecimiento y a la afirmación del propio Family Day. De hecho, la capacidad de las mujeres para escuchar, cuidar y mediar surge en los contextos cada vez más complejos de nuestras sociedades modernas.
Lamentablemente, el 8 de marzo se ha teñido de aspectos ideológicos y ha sido instrumentalizado por movimientos feministas que han jugado con la oposición entre hombres y mujeres. Las reivindicaciones de estas realidades politizadas han desalojado a las mujeres de sus prerrogativas naturales y han dado lugar a reivindicaciones de minorías organizadas. Una yuxtaposición permanente que confunde maternidad y trabajo, realización profesional y anhelo de filiación, libertad de elección y custodia de la vida.
Mientras esta ola ideológica decaía, en los círculos italianos pro-vida y pro-familia fermentaba el compromiso de muchas mujeres capaces de mostrar otro camino hacia la valorización de la feminidad. Utilizando la jerga actual, el verdadero “empoderamiento femenino” ha sido cultivado por mujeres que han sabido reconocer y valorar las prerrogativas femeninas y que han experimentado nuevas fórmulas para conciliarlas con un nuevo protagonismo en el tercer sector, en el voluntariado y también en el complejo sistema político italiano.
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