Cada día vivimos con el miedo a qué van a decir de nosotros en esta sociedad. Quizá no todos, pero la gran mayoría sí. Hace tiempo que yo me arranqué ese miedo de raíz, me lo quité con el dolor de sacarte la piel de un tirón… pero una vez que estuvo fuera, me sentí más libre que nunca.
Ahora me pregunto cómo era capaz de salir a la calle cuando tenía tanto miedo dentro; cuando estaba obsesionada por el qué dirían de mí o qué pensarían de cada cosa que hiciera, desde mi forma de vestir (que alteraba y cambiaba para encajar y no llamar la atención) hasta las pulseras que adornaban mis muñecas con mi bandera o la cruz.
De cruces va todo esto, pues de nuevo nuestros gobernantes españoles no se atreven con los vivos así que atacan a nuestros muertos. Esta vez son José Antonio Primo de Rivera (fundador de la Falange y asesinado durante la Guerra Civil española) y Gonzalo Queipo de Llano (militar español conocido por su participación en la Guerra Civil española). Podría centrar este artículo en explicar porqué el 90% de las cosas que cuentan de ellos están tergiversadas para convertirlos en un demonio invisible contra el que luchar y que no puede defenderse, pero eso podría ocupar un libro entero. Sin embargo, prefiero dar un grito para todos aquellos que están pensando en quitarse ese miedo al qué dirán, porque todos sabemos que esto no es algo solamente político, es un ataque a nuestra fe y a nuestra historia; están profanando tumbas con la excusa de “limpiar” el Valle de los Caídos, pero primero son los difuntos y luego viene la Cruz.
Tanto tú, que estás leyendo esto, como yo sabemos que están intentando prepararnos para suavizar el golpe cuando digan que van a derrumbarla para evitar que saltemos. Pero claro que hay que saltar, es la cruz más grande del mundo, una obra de arte como no hay muchas y, dejando de lado la política, una parte elemental de la historia de nuestra España.
Por eso, todo esto, te pido que te arranques el miedo y defiendas nuestra fe y nuestros valores, que salgas de tu letargo y no te quedes callado. Si estabas esperando el momento de hacerlo, si estás harto de vivir acomplejado, si eres de los valientes a los que tanto se esfuerzan por adormecer y evitar que se remuevan; este es el momento de hacerlo. Reza, grita, dilo, escríbelo, publícalo, ve al Valle, ve a manifestaciones u organízalas. Pero que por ti y por mí, no quede.
Y recuerda que, si van a por los difuntos, es porque no tienen el valor suficiente de enfrentarse a los vivos.