Una reciente investigación encubierta del Proyecto Veritas ha suscitado preocupación por las prácticas de Planned Parenthood relacionadas con los abortos de menores en EE.UU. Según se informa, en ciertos estados no se informa a los padres sobre los abortos de sus hijas menores y la organización está implicada en el transporte de menores a través de las fronteras estatales para que aborten.
En la investigación, un reportero se infiltró en una clínica de Planned Parenthood en Kansas City, Missouri, preguntando por la posibilidad de procurar un aborto a una niña de 13 años. A pesar de que los abortos son ilegales en Misuri, el personal de la clínica informó de que podían remitir a la menor a una clínica de Kansas, y garantizó el anonimato, sin notificárselo a los padres ni al personal de la escuela.
La investigación plantea preocupaciones legales y éticas sobre las prácticas de Planned Parenthood, en particular en relación con los derechos de los menores y sus padres. La investigación indica que la organización puede estar aprovechando lagunas jurídicas para eludir las leyes y los requisitos de consentimiento paterno, lo que ha provocado la reacción de grupos y defensores provida, que consideran que las prácticas de la organización son irrespetuosas con los derechos de los padres y potencialmente explotadoras de menores vulnerables.
La postura de la organización de considerar a las menores como adultas dentro de sus clínicas suscita aún más inquietud sobre el consentimiento y la salvaguarda de los derechos de estas menores en escenarios relacionados con abortos. Las repercusiones de esta investigación aún están por ver, pero podrían intensificar los debates sobre los derechos de los padres, el consentimiento informado y la edad legal de la mayoría de edad en el contexto médico.