A dos militares cualquiera,
Seguramente recuerdes la imagen que acompaña el artículo: en esa imagen que se hizo muy viral se puede ver cómo dos militares españoles llevan la compra a una anciana en Gijón. Ambos acompañan a la mujer, quien camina a su lado ayudada de una muleta.
No puedo evitar pensar en Lepanto. No puedo evitar pensar en las grandes gestas, desde aquella escaramuza de Covadonga hasta las guerras de Ifni. En Las Navas y en Bailén, en Granada y en aquella mecha que prendió un 2 de Mayo.
Pienso también en las derrotas, no puedo evitarlo, de Rocroi a Baler, desde Annual y sus héroes a la dolorosa Trafalgar. En los caídos lejos de la tierra de sus padres, héroes olvidados que construyeron lo que somos tú y yo y la patria.
No puedo evitar pensar, me cuesta, en los héroes de ahora. Quizá sin mosquetón, ni pica ni trincheras. Quizá sin trabucos de pólvora y sin falcatas, pero sirviendo a la patria. Trabajando por nosotros, protegidos en nuestras casas. Luchando como podían, como pueden, a un enemigo invisible que no grita al cargar.
No puedo evitar tampoco recordar aquella foto viral del pasado confinamiento forzoso en España el año pasado: dos militares llevan las bolsas de la compra de una anciana por las calles de Gijón, en el norte de España. Y, sin poder evitarlo, pienso que no encuentro diferencia entre ellos y los héroes que les precedieron.