Durante décadas, nuestras élites culturales, especialmente las del campo de la educación, nos han estado diciendo sin parar que es bueno que nuestros hijos estén expuestos a la agenda LGBT en nuestra cultura, especialmente en nuestras escuelas. Nos han estado diciendo que los estudiantes que se identifican como LGBT son como los estudiantes normales que son heterosexuales. Por desgracia, todo esto ha sido una trágica mentira.
Nuevos datos de la Encuesta de Comportamiento de Riesgo Juvenil (2011-2021) publicados por los Centros para el Control de Enfermedades nos muestran el efecto real del estilo de vida LGBT en nuestros hijos. Según el informe:
- El 52% de los estudiantes LGBT declaran tener una mala salud mental (frente al 22% de los estudiantes heterosexuales).
- El 69% de los estudiantes LGBT manifiestan sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza (frente al 35% de los estudiantes heterosexuales).
- El 45% de los estudiantes LGBT consideraron seriamente la posibilidad de suicidarse (frente al 15% de los estudiantes heterosexuales).
- El 22% de los estudiantes LGBT intentaron suicidarse (frente al 6% de los estudiantes heterosexuales).
- El 21% de los estudiantes LGBT ha consumido drogas ilegales selectas como heroína, metanfetamina, cocaína y éxtasis (frente al 11% de los estudiantes heterosexuales).
- El 20% de los estudiantes LGBT ha consumido opiáceos con receta (frente al 9% de los estudiantes heterosexuales).
Estos índices muestran claramente que los estudiantes que han sucumbido a la agenda LGBT no obtienen buenos resultados y que sus resultados en la vida son significativamente peores que los de los estudiantes que son heterosexuales. Que los educadores y otras élites despiertas adoctrinen constantemente a nuestros jóvenes en el estilo de vida LGBT es abuso infantil; de hecho, estos líderes deberían alertar a nuestros hijos de los peligros de la agenda LGBT.
Esperemos que este informe abra los ojos a nuestros educadores. Pero no apuesto por ello.