Texas ha tomado medidas decisivas para restablecer las protecciones básicas y de sentido común para las instalaciones públicas. El gobernador Greg Abbott firmó recientemente una legislación que exige que las personas en edificios gubernamentales, incluidas las escuelas públicas, utilicen baños, vestuarios, probadores y duchas que correspondan a su sexo biológico, no a su “identidad de género”. Esta medida acaba con la confusión y elimina una peligrosa laguna que permitía a los hombres entrar en los espacios privados de las mujeres.
La ley también endurece las normas para los centros penitenciarios y los refugios familiares. Ordena al Departamento de Justicia Penal del estado que garantice que los reclusos estén alojados en instalaciones apropiadas para su género y prohíbe que se coloque a hombres en prisiones de mujeres. En la misma línea, los refugios para víctimas de violencia doméstica tienen prohibido prestar servicios a hombres que se identifican como mujeres, a menos que sean menores de edad o sean hijos de una mujer a la que se presta servicio.
Los partidarios de la ley argumentan que responde a amenazas reales, informando de que hombres que se hacen pasar por mujeres han agredido, en múltiples jurisdicciones, a mujeres en baños y refugios para mujeres. En un ejemplo citado, un varón de 18 años que se hacía llamar “Katie” supuestamente atacó a una niña de 10 años en un baño de mujeres en el Reino Unido. Otro caso en Toronto involucró a un hombre que fingía ser una mujer transgénero que acosó y agredió a mujeres en refugios. Los críticos de las políticas laxas llevan mucho tiempo advirtiendo que las normas subjetivas sobre la identidad de género ponen a las mujeres y a los niños en grave peligro.
Para garantizar el cumplimiento, la ley de Texas prescribe fuertes sanciones: una primera infracción conlleva una multa de hasta 25.000 dólares, y las infracciones posteriores aumentan a 125.000 dólares. Las nuevas normas entran en vigor el 4 de diciembre.
Al aprobar esta ley, Texas se une a un puñado de otros estados con restricciones de baños e instalaciones. Si bien seis estados ya prohíben el uso de baños por parte de personas cuya identidad de género no coincide con su sexo en todos los edificios gubernamentales, y ocho más tienen versiones limitadas de tales prohibiciones, la medida de Texas es una de las más enérgicas hasta la fecha. Al codificar el sexo biológico como el estándar para las zonas de privacidad y penalizar las infracciones, Texas está enviando un mensaje claro: la ideología no puede sustituir a la realidad física y a la seguridad de las mujeres y los niños.