El presidente ugandés, Yoweri Museveni, ha criticado la decisión del Banco Mundial de suspender la concesión de nuevos fondos en respuesta a la ley anti-LGBTQ de Uganda y se ha comprometido a encontrar fuentes alternativas de crédito.
El Banco Mundial anunció el martes que suspendería temporalmente la concesión de nuevos fondos debido a la dura ley, que incluye la pena de muerte para ciertos actos sexuales entre personas del mismo sexo, ya que contradice los valores del banco. Sin embargo, la cartera actual del Banco Mundial en Uganda, de 5.200 millones de dólares, no se verá afectada.
La ley anti-LGBTQ, promulgada en mayo, se ha enfrentado a la condena generalizada de las organizaciones de derechos locales e internacionales, así como de los gobiernos occidentales. A pesar de la reacción internacional, la ley sigue siendo popular en el ámbito nacional.
Museveni defendió la posición de Uganda afirmando que el país pretende reducir su endeudamiento y no sucumbirá a las presiones de las instituciones extranjeras. Expresó su decepción por el hecho de que el Banco Mundial y otros intenten utilizar la influencia financiera para obligar a Uganda a abandonar su fe, su cultura, sus principios y su soberanía.
Museveni afirmó que si Uganda necesita endeudarse, puede explorar otras fuentes de crédito y destacó los ingresos previstos de la producción de petróleo, que se espera comience en 2025. Expresó su esperanza de que el Banco Mundial reconsiderara su decisión.
El gobierno ugandés tiene previsto revisar su presupuesto para tener en cuenta el posible impacto financiero de la suspensión de los préstamos, y el parlamento votará el presupuesto revisado en breve.
Además de la suspensión de la financiación por parte del Banco Mundial, Estados Unidos impuso restricciones de visado a algunos funcionarios ugandeses en junio, y el presidente Joe Biden ordenó una revisión de la ayuda estadounidense a Uganda en respuesta a la ley anti-LGBTQ.
Esto demuestra claramente que las élites globalistas de Occidente chantajean abiertamente a los países que dependen de la ayuda exterior y que dicha ayuda está condicionada a la aceptación de la ideología LGBT y del aborto, como ya hemos escrito aquí varias veces.