El otro día leí un titular de un artículo en El País en el que George Soros decía que “Europa debe hacer frente a Hungría y Polonia”. Aparte de indignarme, lo entendí perfectamente, y es que Hungría y Polonia son casi los únicos que se atreven a oponerse a Soros y todo su cortejo, su Agenda, sus desvaríos y sus imposiciones. Hungría y Polonia han dicho ‘Basta’, se niegan a volverse a someter a un totalitarismo; quienes han vivido bajo el yugo del comunismo han aprendido a ser valientes, y a que la libertad se defiende ejerciéndola.
Hace solo unos días, Vox Madrid registró una Ley de Igualdad que derogaría las leyes totalitarias de género y LGTBI para defender una igualdad de todos al margen de orientaciones sexuales o sexo. La respuesta del bloque de izquierdas fue, además de temer por sus chiringuitos y sus presupuestos, decir que pretenden que España sea Hungría.
Pues sí, los que no somos progres, los que no somos de izquierdas, queremos ser como un Hungría, claro que sí. Queremos un país que defienda su soberanía nacional, queremos ser un país donde no haya totalitarismo ideológico, donde no se imponga la ideología de género, donde los transexuales no sean la casta privilegiada, donde con quién te acuestes no sea motivo de discriminación negativa ni positiva. Queremos seguir siendo un país libre, respetuoso con todos, que castigue el crimen y se enorgullezca de su historia y sus raíces. Queremos un país con un gobierno valiente, que no se somete por miedo ni por intereses, un gobierno dispuesto a cumplir lo que promete y a defender sus fronteras. Un gobierno que defiende la libertad de los padres y la inocencia d ellos niños.
Sr. Soros, son Hungría y Polonia los que deben hacerle frente a usted y a la Europa que quiere diseñar. Señores progres de Madrid, sí, claro que queremos acabar con las leyes LGTBI y Trans. Queremos acabar con el totalitarismo progre y con la dictadura ideológica que nos imponen. Queremos que el comunismo desaparezca de las instituciones y que cualquier intento de totalitarismo o de reingeniería, a cualquier nivel, sea rechazado.
Europa tiene unas raíces cristianas y una historia que ha dado forma al mundo. Una cultura que pretenden dinamitar con imposición ideológica y censura. Quienes ya han pasado por algo parecido, resisten. Son la esperanza de Europa, de la cultura occidental. Desde aquí, todo mi apoyo y mi oración para Hungría y Polonia.