Otro “detransitioner” expone el culto al género

Beck, que se hizo famoso en 2013 por ser el primer Navy SEAL abiertamente transexual, confesó que la ideología transgénero le ha destrozado la vida

Hace casi una década, Chris Beck (56), veterano de los SEAL de élite de la Marina estadounidense, salió del armario como transexual y pasó a vivir como mujer. Tras retirarse del ejército, empezó a vestirse de mujer en un intento de “hacer que su cuerpo coincidiera con su identidad”, escribió ABC News en 2013.

Sin embargo, ahora ha dejado de ser un hombre y en una entrevista con Robby Starbuck declaró que “todo lo que me ha pasado en los últimos 10 años ha destruido mi vida. Yo destruí mi vida. No soy una víctima. Me lo hice yo mismo, pero tuve ayuda. Asumo toda la responsabilidad. Estoy intentando corregirlo”.

Confesó que le habían ofrecido hormonas tras una sola sesión con un psicólogo, y añadió que se sentía como si le hubieran “utilizado” y “se hubieran aprovechado de él.” También explicó cómo el psicólogo le sugirió que escribieran un libro juntos y se hicieran “millonarios” (acabaron escribiendo un libro, titulado “Princesa Guerrera”).

“En cuanto Chris entra y dice: “Soy marimacho” o “Esto me hace sentir cómoda” y luego un psicólogo dice: “Ah, eres transexual”… al día siguiente, estás con hormonas – las mismas hormonas que están usando para la castración médica de pedófilos. Ahora, están dando esto a niños sanos de 13 años. ¿Le parece correcto? Por eso intento decirle a Estados Unidos que despierte”, dijo Beck en la entrevista.

Beck reveló que lleva siete años sin tomar hormonas y pidió disculpas a los estadounidenses porque sus hormonas las pagó la Asociación de Veteranos. También señaló que se trata de “una industria de miles de millones de dólares entre psicólogos, entre cirugías, entre hormonas, entre productos químicos, entre tratamientos de seguimiento. Hay miles de clínicas de género apareciendo por todo el país”.

“Es una secta”, dijo en un momento dado.

Explicando por qué está hablando de sus experiencias, Chris Beck, que se hacía llamar Kristin Beck mientras vivía como una mujer transexual, dijo: “Estamos tratando de salvar a los niños que están siendo arrastrados a esto”. Todo lo que veáis en la CNN con mi cara, no os creáis ni una palabra”, añadió.

La de Beck es sólo una de las muchas experiencias de personas (ver aquí, aquí y aquí) que recibieron una mala orientación en un momento difícil de sus vidas y de las que se aprovecharon para ponerlas al servicio de una industria multimillonaria que le dice a la gente -y lo que es más desconcertante, a los niños y a los jóvenes- que nacieron “en el cuerpo equivocado” y que se les debe recetar una terapia de hormonas de sexo cruzado para el resto de sus vidas e incluso someterse a una cirugía que les altera la vida, dejándoles estériles y con muchos otros problemas de salud, como ha demostrado recientemente un estudio de investigación publicado en la prestigiosa revista médica JAMA Pediatrics.

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