En un cambio de política significativo, el gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado una pausa en las nuevas recetas de bloqueadores de la pubertad para jóvenes con disforia de género, con vigencia a partir del 19 de diciembre de 2024, a la espera de los resultados de un importante ensayo clínico del Reino Unido que se espera para 2031. El Ministro de Salud, Simeon Brown, declaró que el Gabinete adoptó este enfoque de precaución debido a la «evidencia incierta» sobre la seguridad y eficacia de los fármacos para la disforia de género.
La decisión centraliza los servicios de género para jóvenes en un centro nacional en línea, enfatizando los tratamientos que son «clínicamente sólidos y en el mejor interés del joven», sin interrumpir la atención en curso. La medida se alinea con la Revisión Cass del Reino Unido, una investigación de cuatro años del NHS dirigida por la pediatra Dra. Hilary Cass, que encontró que la base de evidencia para la medicina de afirmación de género es «notablemente débil» y criticó la tergiversación de los resultados del estudio. En respuesta, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido detuvo el acceso rutinario a los bloqueadores de la pubertad para nuevos pacientes y lanzó un ensayo formal sobre su seguridad y eficacia, que concluirá en 2031.
El Ministerio de Salud de Nueva Zelanda se hizo eco de estas preocupaciones en un informe de 2023, citando una «falta de evidencia de alta calidad» sobre los beneficios o riesgos de los análogos de la hormona liberadora de gonadotropina para la disforia de género. Se han implementado restricciones similares en Suecia, Finlandia y Noruega en medio de un creciente escrutinio internacional. Los socios de la coalición New Zealand First y ACT celebraron la pausa como el cumplimiento de las promesas de campaña. El líder de New Zealand First, Winston Peters, lo calificó de «sentido común para poner una pausa en estos fármacos no probados y potencialmente dañinos para los niños hasta que evaluemos los resultados de los ensayos clínicos en el Reino Unido». Karen Chhour de ACT lo aclamó como una victoria para la «ciencia, la evidencia y la seguridad de los niños», y agregó que se debe apoyar a los jóvenes «para que se amen a sí mismos, no para que se cambien con medicamentos experimentales». La política refleja un impulso más amplio para la atención basada en evidencia en la atención médica para jóvenes transgénero.
La Revisión Cass ha polarizado el discurso global sobre la atención de jóvenes transgénero, con partidarios que abogan por estándares de evidencia rigurosos y detractores que argumentan que minimiza los daños de negar el tratamiento. La pausa de Nueva Zelanda, que suprime el estrógeno y la testosterona para retrasar la pubertad, subraya las tensiones entre la protección infantil y el acceso a la atención de afirmación. A medida que avanza el ensayo del Reino Unido, la decisión podría influir en las políticas internacionales, remodelando potencialmente cómo los gobiernos equilibran la evidencia emergente con las necesidades de los jóvenes con diversidad de género.
