Ya se han recogido 53.000 firmas para exigir la suspensión de las medidas tomadas contra Marisa Fancescangeli, la profesora que obligó a sus alumnos a recitar un Ave María en clase.
“Lo que le ha pasado a la profesora es muy grave. Una medida desproporcionada. Absurda, sobre todo si pensamos que hoy en las aulas, en el silencio de la política y de las instituciones educativas, se enseña a los niños que su género es fluido, que se puede ser hombre o mujer en función de cómo te sientas, y puedes elegir que te llamen por el género que prefieras con el alias de carrera. Por el contrario, si se recita un simple Ave María, la represión es inmediata y brutal”, tronó Jacopo Coghe, portavoz de Pro Vita & Famiglia Onlus.
“Es urgente que el Ministerio de Educación intervenga para proteger a la profesora frente a una sanción injusta de sabor laicista y anticristiano. Injusta no sólo por el gesto en sí, sino también como demuestra la solidaridad expresada por las familias del colegio, sus compañeros, sindicatos y asociaciones de profesores, y por las más de 53.000 firmas recogidas en pocas horas por nuestra petición popular.”