Los inquietantes hallazgos de la Dra. Joanna Howe, profesora de Derecho de la Universidad de Adelaida, revelan que más de 800 bebés nacieron vivos en abortos chapuceros practicados en Australia en la última década, a los que potencialmente se dejó morir. Las estadísticas limitadas del gobierno muestran que entre 2010 y 2020, 724 bebés nacieron vivos en abortos chapuceros sólo en Queensland y Victoria.
El Dr. Howe también descubrió documentación de casos adicionales en Australia Occidental, Australia Meridional, Nueva Gales del Sur y el Territorio del Norte, lo que eleva el total a más de 800 en diez años, con una media aproximada de siete bebés cada mes.
El Dr. Howe cree que es probable que la cifra real sea aún mayor, ya que los datos son incompletos y anecdóticos en otras jurisdicciones. Sorprendentemente, la ley federal en Australia no exige a los trabajadores que practican abortos que proporcionen atención médica para salvar la vida de los bebés que sobreviven a abortos fallidos.
Hay pruebas de que se está abandonando a morir a bebés viables nacidos en los últimos meses del embarazo. El Dr. Howe hace referencia a un informe del forense del Territorio del Norte sobre la muerte de un bebé llamado Jessica, que sobrevivió a un aborto chapucero pero al que dejaron morir en una bandeja metálica para riñones en una habitación vacía.
Estos bebés se quedan en la cuneta porque la ley no los reconoce como seres humanos. El Dr. Howe insta al Parlamento australiano a aprobar el Proyecto de Ley de Protección de los Niños Nacidos Vivos para ofrecer la misma protección a los recién nacidos, independientemente de las circunstancias de su nacimiento.
Preocupaciones similares existen en Estados Unidos, donde los bebés también sobreviven a los abortos. Los legisladores federales republicanos han estado intentando aprobar la Ley de protección de los supervivientes de abortos nacidos vivos, pero ha sido bloqueada repetidamente por los demócratas en el Congreso.
Los datos sobre los supervivientes de abortos son limitados en EE.UU., y sólo unos pocos estados realizan un seguimiento de estos casos. Sin embargo, las pruebas de los Centros de Control de Enfermedades (CDC) y los testimonios personales confirman que los bebés sí sobreviven a los abortos.
Los CDC informaron de al menos 143 casos de bebés nacidos vivos tras abortos chapuceros entre 2003 y 2014, pero es probable que la cifra real sea mucho mayor. Los datos de Canadá e Irlanda también indican que los bebés nacen vivos en abortos chapuceros y potencialmente se les deja morir.
Estas angustiosas revelaciones ponen de manifiesto la urgente necesidad de una legislación que proteja a los bebés que sobreviven a los abortos y garantice que reciben la atención médica adecuada.