Los defensores de la vida están indignados: la sorprendente cantidad de pruebas prenatales que dan falsos positivos por trastornos genéticos.
El New York Times publicó un análisis que demuestra que los exámenes genéticos prenatales llegan a ser erróneos hasta en un 85% de los casos. Se añade la angustia al daño emocional que sufre una mujer cuando se le dice que su bebé será discapacitado y ésta se somete a un aborto, sólo para descubrir más adelante que su bebé habría nacido perfectamente sano, si se le hubiera dado la oportunidad de vivir.
El análisis del New York Times se centró en las llamadas “enfermedades raras”, como los síndromes de DiGeorge y Angelman. Sin embargo, los datos también muestran una enorme cantidad de errores en falsos positivos en mujeres con bajo riesgo de tener un hijo con síndrome de Down. La doctora Diana Bianchi, investigadora del Instituto Nacional de Salud citada por el periódico, publicó un estudio revisado por expertos en el New England Journal of Medicine en 2014, afirma que por cada diez mujeres a las que se les dice que tendrán un hijo con síndrome de Down, cinco de esas pruebas prenatales son erróneas.
Estos falsos positivos forman parte de un problema mayor en el sector sanitario. Organizaciones como Planned Parenthood han tratado de ocultar esta información y se oponen a que los legisladores y sanitarios puedan corregir el problema. La raíz de este interés de eliminar a los niños “defectuosos” se encuentra en las palabras de la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger, que afirmó con descaro este fundamento de la eugenesia: “poblaciones defectuosas, esas malas hierbas humanas que amenazan el florecimiento de las mejores flores de la civilización americana”. En su opinión, estas “poblaciones defectuosas” incluían no sólo a los que tenían defectos de nacimiento, sino también a los niños de determinadas razas u origen nacional.
Permitir que este tipo de errores médicos continúen además de tener repercusiones en la población y la diversidad de los paises, permitirá que los valores eugenésicos de Margaret Sanger sigan vivos a través de Planned Parenthood y de cada uno de los abortos que esa organización realiza.