En una importante victoria para los valores que afirman la vida, los diputados irlandeses votaron 73-71 en contra de la reinstauración de un proyecto de ley radical de People Before Profit que despenalizaría el aborto hasta el nacimiento, lo permitiría a petición hasta la viabilidad (alrededor de las 24 semanas), eliminaría la espera de tres días y ampliaría el acceso tardío para las afecciones fetales.
La legislación, que decayó tras las elecciones de 2024, contó con el apoyo de varios ministros del Gobierno, como Jennifer Carroll MacNeill, Helen McEntee y Jack Chambers, junto con Sinn Féin y otros partidos de izquierda, pero se opuso a Aontú, Independent Ireland y diputados conservadores comprometidos con la protección del no nacido.
Esta estrecha derrota pone de manifiesto la resistencia a las políticas extremistas que sobrepasan las promesas del referéndum de 2018 en medio del aumento vertiginoso del número de abortos —casi 11.000 solo en 2024— y el descenso de las tasas de natalidad.
El Life Institute criticó a los ministros por alinearse con «extremistas del aborto», calificando su postura de traición a la confianza pública y de desprecio por la humanidad prenatal. La portavoz Sandra Parda denunció el sesgo de los medios de comunicación hacia la liberalización, instando a un retorno a las salvaguardias morales. Esta votación subraya los peligros del exceso progresista, enfatizando la necesidad de defender los valores familiares tradicionales contra las ideologías que priorizan la conveniencia sobre la vida.













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