Capítulo 1º de 4: La Pascua Cristiana. Orígenes de la fiesta de la Primavera y la fiesta de los Ácimos.
Capítulo 2º de 4: La Pascua en el pueblo de Israel La Pascua Cristiana.
Jesús quiso hacer coincidir durante la pascua judía un acontecimiento que cambiaría la historia de todas las personas. La muestra del amor más grande hacia la humanidad jamás vista ni antes ni después.
El domingo de ramos celebramos que Jesús entra en la ciudad de Jerusalén. Allí, donde estaba el templo de los judíos, iban todos a celebrar la pascua cada año, que como te conté en el último capítulo, duraba 7 días. Él era judío, como sus padres y también la celebraba. En la noche del 14 de Nisán, o sea, la noche anterior a la gran fiesta judía, Jesús se reunió con sus discípulos en una casa, conocida como el cenáculo. Esa noche ocurrieron cosas muy importantes: Antes de cenar Jesús les lavó los pies. Antiguamente las personas iban con sandalias y las calles eran caminos sin asfaltar, llenas de tierra. Se tenía la costumbre de que, al entrar a una casa, el sirviente lavaba los pies a los invitados. Esto es lo que conocemos como el lavatorio de pies. Vemos que Jesús se agachó humildemente a lavarle los pies a sus discípulos. Así nos enseñó el mandamiento nuevo del amor. Nos muestra el amor que nos debemos de tener unos a otros, estando dispuestos al servicio con los demás. Después, durante la cena preparada con todo lo que ya te expliqué en el 2º capítulo, Jesús cogió el pan para hacer la bendición y dijo: “este es mi cuerpo”. Lo mismo hizo con la copa de vino: “esta es mi sangre”. Les estaba haciendo presente su entrega por amor y perdón de nuestros pecados. La pascua judía se convierte en la propia pascua de Jesús. Recuerda que pascua es paso, es el paso de Jesús de la muerte que les anuncia, a la vida y que se hace realidad en este sacramento que en esa noche hace por primera vez: la Eucaristía.
De esto podemos aprender que lo principal en nuestra vida es hacer las cosas por amor a los demás igual que Cristo lo hizo entregándose por amor a nosotros.
Después de la cena, Jesús se va al monte de los olivos. Allí, en el Getsemaní, vive una terrible prueba de angustia. Ante la muerte que se aproxima Jesús se muestra como es, llora, porque recuerda que él era humano, igual que nosotros, menos en el pecado. Luego todo transcurrirá rápidamente: es arrestado, atado, conducido a prisión y de ahí, juzgado. Comienza el camino de su pasión. Jesús muere en la cruz perdonando a sus enemigos y entregándonos a su madre María como madre de la Iglesia.
Jesús murió en la misma hora en que los judíos sacrificaban los corderos en el templo. En la hora nona, es decir, sobre las 3 de la tarde del viernes. Él se había convertido en ese cordero sacrificado para el perdón de nuestros pecados. Fue enterrado en un sepulcro nuevo que estaba vacío.
Por la mañana del tercer día tras su muerte, según las Escrituras- y que los cristianos celebramos en el domingo, Cristo apareció resucitado.
Esta es la pascua, esta es la gran fiesta de los cristianos. La noche más importante del año. En la vigilia pascual vuelve cada año a hacerse presente este paso de Cristo muerto y resucitado por tí y por mí, por amor y para abrirnos las puertas del cielo hacia la vida eterna.
Los pecados, esos que nos hacen sufrir y nos impiden ser felices, nos tienen esclavos y Cristo ha logrado con su muerte y resurrección vencerlos
Como ves, hay algunos detalles que tienen que ver con la fiesta judía y otros que se diferencian, como veremos en el próximo capítulo.