La estrella del heavy metal Alice Cooper se enfrentó recientemente a la ira de la mafia por expresar su desacuerdo con el movimiento transgénero en una entrevista con Stereogum. Cooper argumentó que es un error confundir a los niños pequeños diciéndoles que pueden identificarse como un género diferente. También expresó su preocupación por permitir la entrada de varones que se identifican como transexuales en los baños femeninos, afirmando que podría dar lugar a abusos.
Los comentarios de Cooper fueron tachados de “antitrans” y una empresa de maquillaje con la que trabajaba anteriormente, Vampyre Cosmetics, anunció que dejaría de colaborar con él.
Las declaraciones de Cooper demuestran el cambiante panorama de la industria musical, donde artistas que han sobrepasado los límites y conmocionado al público se enfrentan ahora a reacciones violentas por expresar opiniones que van en contra de la narrativa dominante.
Las críticas de Cooper al movimiento transgénero y los comentarios similares de Carlos Santana han enfurecido a los activistas LGBT, que intentan silenciar a todo aquel que vaya en contra de su agenda ideológica.
El incidente refleja la tendencia creciente de la cultura de la cancelación y la presión para que los individuos se ajusten a una ideología específica o corran el riesgo de ser condenados al ostracismo. Los géneros del heavy metal y el rock n’ roll, que antaño traspasaban fronteras, se encuentran navegando por una nueva era en la que incluso hablar de cambios de sexo perjudiciales y destructivos para los niños se considera demasiado controvertido.