El Partido Laborista irlandés ha decidido “ayudar a los chicos a afrontar el coste de la menstruación”. La lógica subyacente es que la menstruación es una experiencia neutra desde el punto de vista del género.
La senadora laborista Rebecca Moynihan, autora del proyecto de ley en cuestión, explica a través de una serie de tuits cómo aquellas niñas se perciben a sí mismas como transgénero durante la infancia, acaban declarándose hombres. Pero claro, la NATURALEZA no entiende de “ideología” sino de pura “biología” y como siguen teniendo un cuerpo innegable y genéticamente femenino, llegará el momento en que la menstruación aparezca a pesar de que la ideología se empeñe en afirmar que es un hombre. La Naturaleza es tránsfoba. Por eso, estas mujeres que se “sienten” hombres, afirma la senadora, son hombres porque dicen que son hombres y punto. ¿O es que antes no había gente que decía que eran Napoleón? Pues eso. Así que ahora hay que afirmar que “algunos hombres tienen la menstruación”, una idea que se ha convertido en política oficial para los laboristas irlandeses.
En resumen, no sería correcto afirmar que “las mujeres menstrúan” porque eso excluiría a los hombres que menstrúan. De locos. Por eso, a partir de ahora habrá que corregirlo por expresiones como “personas” que tienen la regla.
Ahora, vayamos más allá y confundamos mezclando más cosas. ¿Aliviar la pobreza de las mujeres no es acaso un objetivo políticamente admirable? Sería muy difícil contrargumentar porque sería negarse a ayudar a una joven a comprar tampones o compresas, ¿no? Y es que en un país decente, moderno y occidental, no se quiere que las mujeres se avergüencen de su fisiología o se preocupen por no poder acceder a la más básica higuiene íntima. Y llega el salto acrobático: basándose en esto, los Laboristas buscan la rápida aceptación social de la transexualidad.
Por supuesto, decir a los ciudadanos que a algunos varones les viene la menstruación y, por lo tanto, se les debe pagar por los tampones, es un mero carnaval, pero oye, si la ofensiva tiene éxito, el objetivo es grande. Por cierto, en los mismos días en que se lanzó la propuesta, una encuesta daba al Partido Laborista sólo el 3% de los votos: un mínimo histórico que quizá coincida precisamente con el rechazo que muestran los ciudadanos a la propuesta de “ayudemos a los hombres con el ciclo menstrual”.