La derrota inesperada del Presidente Trump en circunstancias cuestionables, y el poder que han manifestado los Big Tech, y el Big Farma, nos asustan. Todos sentimos que hay un cambio en la cultura que no entendemos ni podemos controlar.
Y no es para menos. En realidad, nos damos cuenta que ya ni la vida ni las decisiones de las personas comunes están en nuestras manos. Sea la ‘globalización,’ o sea simplemente la inusitada potencia de la tecnología, ya entendemos que el destino de los países está en manos poderosas, y ya no locales.
Ciertamente las grandes víctimas de esta nueva manifestación de totalitarismo del pensamiento son los niños y adolescentes. La cultura de sus padres y abuelos les ha quedado borrada en gran parte, y ven el mundo por los ojos de las ‘redes’. Así, grandes intereses los están captando para sus mercados o por sus intereses políticos. Este es una verdad que no podemos negar, por optimistas que seamos.
FLECHAS
En imágenes bellísimas, nos indica la Santa Escritura en varias partes que los hijos son “como flechas”. Y la verdad es que van derecho en la dirección y con la fuerza con que son disparadas. En tiempos más sencillos esas flechas seguían con firmeza el camino de sus padres, haciendo la continuación de una cultura estable y de avance lento, pero seguro.
Con el nuevo control de la comunicación en masa por las redes, las flechas ya no son disparadas por los padres, sino por las corporaciones que les invaden la mente por medio de la tecnología y la música.
LA ESPERANZA
Lo maravilloso es que niños y adolescentes, sin ninguna duda, quieren ser buenos, y buscan, dentro de tanta confusión, hacer lo correcto. De eso estamos convencidos cuando logramos ver más allá de su comportamiento a veces incomprensible. Lo urgente es ayudar a padres y docentes a retomar el arco y apuntar con acierto las flechas de los jóvenes de hoy.
Es por eso, y convencidos del bellísimo potencial que Dios ha implantado en cada nuevo niño que nace, que en Venezuela emprendimos el camino de fabricar ‘arcos’ para ayudar a padres y docentes a apuntar acertadamente sus flechas.
APRENDIENDO A QUERERE
PROVIVE, una asociación provida que nace en 1981, dedicada a defender la dignidad y la vida de cada persona desde la concepción hasta la muerte natural, se dio cuenta a través de su trabajo con mujeres y niñas embarazadas que el problema de la maternidad es uno de educación.
En aras a restablecer la dignidad de la juventud, se concibió en 1985 Aprendiendo a Querer, un currículo para escuelas, colegios y liceos y que consta de 13 textos y 13 guías del docente, correspondiendo a los años de Prescolar hasta fin del bachillerato. Nació, al fin, este programa en 1999.
Este currículo, basado sobre los mejores pensadores y científicos en materia de educación, ha resultado un gran éxito con alumnos y docentes. Vehiculado sobre un cuento continuo de Carlos, su prima Alicia, y su gran grupo de amigos y compañeros, permite al alumno observar y discernir cómo se desarrollan las situaciones universales del crecimiento.
Desde las primeras nociones de identidad, y su lugar en la familia, la naturaleza y la comunidad, los alumnos recorren situaciones de amistad, de amor, de éxitos y fracasos, de medirse y conocerse, por medio de las aventuras de los caracteres de los libros. Hay modelos buenos y malos, y los estudiantes pueden fácilmente ver la diferencia. El estilo alegre, positivo y ágil de este cuento continuo permite a cada estudiante verse en una luz positiva, lleno de posibilidades para mejorar, desarrollar sus talentos y tener éxito en la vida y su futura familia.
LA PEDAGOGÍA DE LA INTEGRACIÓN DE LA PERSONA HUMANA
Esta pedagogía lleva al alumno a integrar los 3 niveles de la persona: el espiritual, con la inteligencia y la voluntad; el emocional, con sus impulsos y sentimientos; y el corporal con su respuesta diaria de acciones a tomar. El currículo, que es de una hora semanal durante toda la escolaridad, va construyendo el entendimiento de si y la ambición de fortalecer el carácter para llegar a la excelencia, año a año, según las etapas del desarrollo físico y cerebral. A los alumnos les encanta y los libera, en un sentido muy positivo. Los libera de los errores y malas costumbres a su alrededor; los libera en el sentido de que saben porque, y para que, actúan. Les abre la ambición de ser excelentes.
El efecto de este programa es extraordinario, pues les abre los ojos a los alumnos sobre lo que es el liderazgo y la importancia de un plan de vida basado sobre la integridad. Las escuelas y colegios que adoptan Aprendiendo a Querer reportan la reducción dramática de la violencia, el bullying y la deserción. E igual de importante, la reducción innegable de los embarazos, y por tanto de la sexualidad precoz e irresponsable.
¡Damos gracias a Dios por el potencial tan maravilloso que tienen los niños y adolescentes! Y gracias también porque Aprendiendo a Querer se encuentra ya en casi toda América Latina. Ver www.aprenderaquerer.org