El pasado mes de febrero, la Ministra de Familia, Parto e Igualdad de Oportunidades Eugenia Roccella, recibió una carta abierta de siete presidentes de Colegios de Psicólogos de otras tantas regiones donde se afirma: “La literatura científica, hoy bien establecida, demuestra que no existen diferencias sustanciales entre las familias con padres heterosexuales y las familias con padres homosexuales en lo que respecta a la crianza de los hijos. […] Por el contrario, se ha constatado el efecto nocivo de la exposición a los prejuicios, no tanto y no sólo sobre la homosexualidad en sí misma, sino sobre la capacidad de las parejas homosexuales de manifestar aptitudes parentales adecuadas”.
En marzo, el consejo de psicólogos de la asociación ContiamoCi! publicó un comunicado en el que señalaba que “el hecho de que la carta no esté firmada también por el Consejo Nacional de Órdenes de Psicólogos (CNOP), ni por los presidentes de las demás órdenes, sugiere que la opinión al respecto no es tan unánime”.
En segundo lugar, señalan que “los presidentes ni siquiera consideran necesario citar estudios que respalden sus afirmaciones, como sería obligatorio en un debate científico, sino que se remiten genéricamente a una supuesta “literatura científica establecida”.
A continuación, la declaración cita un estudio que muestra un doble riesgo de depresión en adultos criados por padres homosexuales en comparación con personas criadas por padres de distinto sexo (Sullins, 2016). […] “en algún momento de la vida del niño, cada pareja de padres del mismo sexo tendrá necesariamente que responder a sus propias preguntas sobre quién lo engendró. ¿Cuáles serán los efectos psicológicos de la respuesta? ¿Cuáles serán los efectos sobre su autoestima y su bienestar psicológico?”.
En cuanto al supuesto estigma social de la homogeneidad, los psicólogos de ContiamoCi! señalan audazmente que “es apreciable que una actitud de prudencia hacia la homogeneidad está muy extendida entre la población. Añadimos que, tal vez, esta actitud debería respetarse y no subvertirse”.
Por último, el comunicado concluye: “Creemos que el estilo y los objetivos evidentemente ideológicos de la carta de los presidentes no están en consonancia con su función”.
Como juicio sumario sobre el tema de la homogeneidad desde el punto de vista psicológico, citamos la opinión del Colegio Americano de Pediatras: ¿Los niños criados por dos individuos del mismo sexo crecen tan adecuadamente como los niños criados en familias con una madre y un padre? Hasta hace poco, la respuesta inequívoca a esta pregunta era “no”. Sin embargo, en la última década, organizaciones profesionales de la salud, académicos, políticos y medios de comunicación han defendido la necesidad de levantar las prohibiciones de crianza impuestas a las parejas del mismo sexo.
Para tomar una decisión de esta magnitud, cualquier defensor responsable debería basarse en pruebas completas y concluyentes. Pero no sólo no es así, sino que, por el contrario, existen pruebas tangibles de que los niños expuestos al estilo de vida homosexual pueden tener un mayor riesgo de sufrir daños emocionales, mentales e incluso físicos.
La conclusión fue: “Existe un riesgo significativo de daño inherente a la exposición de un niño al estilo de vida homosexual”. El Colegio Americano de Pediatras cree que es inapropiado, potencialmente peligroso y peligrosamente irresponsable para los niños anular la prohibición de la adopción homoparental. Esta postura se fundamenta en los mejores conocimientos científicos disponibles (American College of Pediatricians, Homosexual Parenting: Is It Time For Change?, en www.acpeds.org. , 2017).