Una sentencia de un juez del tribunal supremo del Reino Unido ha confirmado la prohibición temporal del gobierno del uso de bloqueadores de la pubertad para menores, alegando que estos fármacos conllevan “riesgos sustanciales y beneficios muy limitados”.
La jueza Beverly Lang mantuvo la prohibición, que fue impugnada por el grupo de defensa TransActual y por un joven de 15 años, cuya identidad no se reveló por orden judicial.
Las restricciones de 2022 se produjeron tras un estudio exhaustivo denominado Cass Review, y prohíben el uso de “bloqueadores de la pubertad” a los menores de 18 años, salvo en ensayos clínicos.
TransActual condenó a las figuras que dirigían el estudio como “antitrans”, argumentando que las restricciones desestiman las necesidades de los jóvenes trans en el Reino Unido.
Aunque sus defensores afirman que estos fármacos proporcionan a los jóvenes “tiempo para pensar”, el Informe Cass no sugiere ninguna prueba de tal beneficio y plantea la preocupación de que estos fármacos puedan alterar el curso del desarrollo psicosexual de la identidad de género.
El informe subraya que el vacío de pruebas sobre esta cuestión se llena persistentemente con conjeturas y opiniones polarizadas, que no ayudan a los niños y a sus familias a tomar decisiones con conocimiento de causa.
Merece la pena señalar que esta sentencia contribuye a la conversación más amplia en torno al tratamiento de la disforia de género.
Los estudios han demostrado que los bloqueantes de la pubertad pueden provocar daños irreversibles en los niños pequeños y perjudicar la densidad ósea.
La cuestión sigue suscitando un acalorado debate en todo el mundo, con críticos que sugieren que no es prudente medicalizar las experiencias de los jóvenes que cuestionan su género.