El mundo actual, el mundo futuro que se nos avecina presenta retos indudables y grandes dificultades. El escenario nacional e internacional ha cambiado vertiginosamente y de manera parece irreversible. Los elementos que caracterizaban y explicaban nuestra realidad y perspectivas hace quince o veinte años ya no son los mismos.
Estas reflexiones las realizo en ocasión a un interesante artículo del ex Presidente de Chile Ricardo Lagos titulado: “La seguridad Internacional para los desafíos del Siglo XXI” que publicó el diario La Tercera, Chile, el pasado 28/02/2021.
El ex Presidente de la nación austral hizo un profundo análisis acerca de las prioridades del mundo moderno y sus problemas. Uno de ellos fundamental es el Cambio Climático. Con acierto nos señala que el mismo se ha transformado en un asunto de: “seguridad mundial”.
Otra materia que destaca es la pandemia del Covid 19 ante la cual con acierto nos advierte que debemos aprender las lecciones que arroja y que debemos ante la urgencia y amenaza del caso: “…actuar más unidos confiando en un ente centralizador que defina pasos de prevención, de validación de las estadísticas y métodos de investigación y que conduzca la negociación y distribución de las vacunas cuando llegue el momento”, rol que propone se le asigne a la Organización Mundial de la Salud.
Otro tema que transforma el escenario mundial y que genera la necesidad de asumirlo como un asunto de primer orden, son las migraciones y sus consecuencias. El drama humanitario que supone; la magnitud poblacional que involucra; los derechos humanos afectados; las exigencias cada vez mayores de recepción de estos contingentes; el reconocimiento de la protección internacional indispensable; la existencia de verdaderas políticas de integración, asimilación y vigencia práctica del derecho a la vida, a la salud, a la educación, al trabajo, entre otros, son serios y crecientes problemas que obligan a un gran esfuerzo internacional y nacional.
De todos ellos, sin desmeritar el orden y la importancia que Lagos propone, estimo que adquiere relevancia las lecciones que arroja la actual pandemia que obliga a una auténtica revisión y corrección.
Hemos visto una insuficiente y tardía respuesta de muchos gobiernos que no están preparados para enfrentar y resolver ésta y otras crisis. La inexistencia de una cultura social de prevención; la falta de recursos científicos en materia de investigación y desarrollo; las inmensas carencias de países y gobiernos que no pueden atender debidamente a grupos vulnerables ni al resto de la población en sus necesidades inclusive, son los más relevantes problemas asociados a este y otros temas.
El mundo futuro cada vez más complejo debe ser entendido con alto sentido de responsabilidad política, social y económica, con compromiso solidario, con transparencia y competencias integradoras; con visión universal de los problemas y sus soluciones; con decisiones y acciones comunes, visionarias, creativas, útiles; con un nuevo liderazgo que responda sin populismo e improvisación a las exigencias y retos que tenemos.
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