Ha surgido una importante polémica tras el funeral de la notable activista LGBT Cecilia Gentili en la emblemática catedral de San Patricio de Nueva York. Gentili, atea y activista transexual, falleció el 6 de febrero a la edad de 52 años. El servicio, que atrajo a una gran multitud de activistas LGBTQ, se organizó sin revelar la identidad transexual de Gentili a la administración eclesiástica, lo que provocó la consiguiente indignación y la petición de reparaciones por parte de ciertos segmentos de la comunidad católica.
El padre Edward Dougherty ofició el servicio, en el que, según los informes, no hizo ninguna referencia a los antecedentes de Gentili. La multitud, repleta de minifaldas relucientes, atuendos audaces y pancartas, fue descrita como una “burla de la fe cristiana” por CatholicVote, que difundió vídeos del funeral en las redes sociales.
La archidiócesis de Nueva York no respondió a las preguntas sobre si la iglesia estaba al corriente de los antecedentes de Gentili. Su portavoz, Joseph Zwilling, declaró al New York Times que la catedral hace todo lo posible por atender cualquier solicitud de funeral que provenga de un católico.
Ceyenne Doroshow, organizadora del evento, reveló al Times que mantuvo en secreto a propósito la identidad transexual de Gentili mientras planeaba el funeral. El padre Enrique Salvo, párroco de la catedral de San Patricio, emitió un comunicado en el que expresaba su indignación por el “comportamiento escandaloso” en el funeral y confirmaba que el conocimiento de la catedral sólo se extendía a la solicitud de un funeral católico.