La batalla legal contra Eithan Haim, el denunciante que puso al descubierto al Texas Children’s Hospital (TCH) por ofrecer clandestinamente procedimientos de transición de género a menores en contra de la ley estatal, ha terminado finalmente después de más de 18 meses.
El caso, construido por el Departamento de Justicia (DOJ) de Biden y que manchó la vida y la carrera de Haim, fue descartado apenas cuatro días después de iniciada la administración Trump.
La moción conjunta presentada por el DOJ y los abogados de Haim del Burke Law Group condujo a la desestimación de todas las acusaciones y cargos contra Haim “con perjuicio”, lo que garantiza que no puedan volver a presentarse en el futuro.
Haim y su esposa Andrea llamaron la atención sobre el acelerado enjuiciamiento a través de las redes sociales, reuniendo millones de visitas en sólo un par de días. Al conocer la noticia del sobreseimiento del caso, Haim reaccionó con “puro júbilo”.
Para Haim, esta victoria ha puesto de relieve una serie de problemas e irregularidades de la administración Biden. A pesar de no tener pruebas de que Haim cometiera ningún delito, el DOJ lo puso bajo investigación, simplemente porque había sacado a la luz actividades ilegales dentro del hospital.
El DOJ acusó a Haim de cuatro cargos de violación de la HIPAA (Norma de confidencialidad de la ley de portabilidad y responsabilidad de seguros médicos).
Para empañar aún más el caso de la acusación, se introdujeron nuevas pruebas que desacreditaban todo su argumento. A pesar de este revés, el DOJ de Biden siguió adelante, construyendo un nuevo argumento para mantener vivo el caso.
Su fiscal jefe también se enfrentó a cuestiones éticas en torno a un posible conflicto de intereses. Independientemente de estos fallos, el DOJ trató de imponer una orden de mordaza a Haim para evitar que comentara públicamente su caso.
Aunque el caso contra Haim nunca llegó a juicio y nunca fue condenado por ningún delito, siguió teniendo un importante impacto negativo sobre él y su familia.
La Administración de Biden se enfrenta ahora a un mayor escrutinio y críticas por su gestión del caso, lo que plantea interrogantes sobre la integridad y la imparcialidad del sistema judicial.
La valentía de Haim al exponer la corrupción médica en el avance de la ideología LGBT ha sido respaldada por la administración Trump al desestimar los ataques contra él.