Domingo 11 de julio. El pueblo cubano estalla. Sale a las calles al grito de “libertad, libertad”. Y lo hace simultáneamente en todas las ciudades del país y de manera masiva.
¿Qué ha pasado? Los cortes de luz son cada vez más prolongados y frecuentes. El covid ha disparado las cifras de muertos y ha evidenciado las gravísimas carencias del sistema sanitario cubano, el supuesto ‘orgullo’ del régimen.
Además, la crisis sanitaria mundial ha congelado el turismo, la única fuente de ingresos de Cuba. El sistema ha colapsado desde un punto de vista político, económico y sanitario. Todos estos elementos explican el caldo de cultivo para la explosión social. Era cuestión de tiempo que el pueblo se levantara exigiendo libertad.
La respuesta del régimen ha sido más represión. Han enviado a la policía a reprimir las manifestaciones. Y ante la incapacidad de frenar el ‘tsunami’ social, el dictador Miguel Díaz-Canel ha llamado a los comunistas a defender la revolución en las calles. “La orden está dada”. Un llamado irresponsable a la confrontación social.
Por si fuera poco el régimen ha decidido militarizar el país para afianzar la represión. Y además, ha desenchufado el internet en toda la isla para que nadie se pueda comunicar con nadie ni comunicar al exterior lo que está pasando.
Afortunadamente, Estados Unidos ha instalado una especie de repetidor para que los cubanos puedan seguir retransmitiendo en vivo la realidad de la isla. Un gesto que permite a la dictadura acusar a Estados Unidos de injerencia…
¿Qué va a pasar? Todo es incierto. Pero una vez que el pueblo se ha levantado de manera consistente como nunca había ocurrido en 62 años es muy difícil de pensar que las cosas vayan a permanecer igual.
Estados Unidos exige que se respete el derecho a la manifestación del pueblo. Y la administración Biden -que ha enmendado la práctica totalidad de las medidas Trump- mantiene intactas las referidas a Cuba.
Y Francia ha empezado este mes de julio a presidir el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Así que da la impresión de que la comunidad internacional podría estar preparada para facilitar una transición hacia la democracia de un régimen que parece anquilosado.
Desde CitizenGO hemos lanzado una campaña para pedir apoyo a la comunidad internacional en el legítimo anhelo del pueblo cubano de libertad y democracia.
La campaña va dirigida al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al secretario general de la OEA, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a las embajadas de Estados Unidos y España en la Habana.
Si quiere participar ahora este es el link: