Cuando la Naturaleza dice “NO”

¿Es que acaso no tenemos “derecho” a ser papás? Lamentablemente la respuesta es NO. Como matrimonios cooperamos en la obra creadora de Dios, pero no somos dueños de la misma y ésta es una verdad difícil de aceptar.

¡Felicidades, van a ser papás! Ésta es la noticia que esperamos recibir desde hace mucho tiempo. Un bebé en la familia es, sin duda, un regalo del cielo, pero no todos los matrimonios recibiremos esa bendición prontamente.

Esterilidad e infertilidad son conceptos distintos, sin embargo, para fines didácticos del presente artículo los consideramos semejantes. La infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas, ésta es la definición en el Glosario de terminología en Técnicas de Reproducción Asistida (TRA)[1].

Para brindar un número, la literatura menciona que la infertilidad afecta a más de 15% de parejas en edad fértil en el mundo[2]. Para quienes tienen esta condición, constituye un padecimiento que impacta en la vida social y psicológica, dado que para la gran mayoría de parejas el tener hijos es, por no decir menos, la cúspide de sus expectativas. Muchas mujeres infértiles en países desarrollados consideran que, sin hijos, sus vidas carecen de esperanza[3].

VOLVIENDO AL ORIGEN

Esta situación supone un motivo importante de estrés emocional, subestimación personal, angustia e inclusive culpabilidad. Es comprensible dado que, como seres humanos, tenemos tres inclinaciones esenciales según indica Carlos Alberto Sacheri[4] , inclinaciones que a su vez originan derechos esenciales de la persona humana. En primer lugar, y como todos los demás seres, tendemos a la conservación de la existencia (al cual corresponden el derecho a la vida, a la integridad persona, al cuidado de la salud, a la disposición de los bienes, etc.). En segundo lugar, y como todos los seres vivos, tendemos a la propagación de la vida humana (al cual corresponden el derecho al matrimonio, a la procreación, a la educación de los hijos). Por último, como seres racionales que somos, tendemos a la perfección humana, intelectual y moral, social y religiosa (a esta corresponde el derecho a la verdad, al obrar libre y responsablemente, a la convivencia social, al conocimiento de Dios, etc.).

La infertilidad aparentemente vulnera uno de nuestros derechos esenciales como personas, el de la procreación. ¿Cómo ejercitar un derecho si estamos impedidos por razones físicas o psicológicas ajenas a nuestro control?

EL PAPEL DE LA CIENCIA

Reconociendo la importancia y el impacto de la infertilidad en la calidad de vida y el bienestar de las personas, la Organización mundial de la salud (OMS) publicó su hoja informativa sobre infertilidad en Setiembre del 2020. En dicho documento muestra su interés en abordar esta enfermedad como parte importante del derecho de las personas a formar una familia. Una de sus acciones consiste en desarrollar lineamientos sobre la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta condición a nivel global[5].

Al día de hoy se cuenta con procedimientos que conocemos como Técnicas de Reproducción Asistida (TERA). Es importante recalcar que no constituyen propiamente un tratamiento médico contra la infertilidad ya que lo que se busca es lograr un embarazo, éstas incluyen manipulación in vitro de ovocitos o esperma humanos. La técnica más conocida es la FIV (fertilización in vitro) donde los óvulos inducidos y aspirados se colocan en contacto directo con los espermatozoides y son posteriormente implantados en el útero materno luego de 3 a 5 días de incubación, en caso de no desear la implantación de manera inmediata, los embriones pueden ser congelados para su “uso” posterior. También se cuenta con la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoide (ICSI) empleada para el caso de infertilidad masculina. El uso de las TERA’s incluyen donación de gametos y embriones y la maternidad sustituta o subrogada. Asimismo, es posible recurrir a la inseminación asistida o artificial.

Como podrán ver, la ciencia nos brinda opciones. El progreso tecnológico ha permitido mejorar las condiciones de vida con sorprendentes aplicaciones en el campo biológico. Pero ¿será eso suficiente?

QUÉ DICE LA IGLESIA

El principio básico relativo a la generación de vida humana está recogido exactamente en el siguiente texto de Donum Vitae: “La persona humana debe ser aceptada en el acto de unión y amor de sus padres; la generación de un hijo debe, por lo tanto, ser el fruto de esa entrega mutua que se realiza en el acto conyugal, en el que los esposos cooperan como sirvientes y no como amos del trabajo del Creador, que es amor”[6]. Dicho de manera sencilla: los hijos deben ser “fruto” del acto matrimonial. Por más duro que suene, este principio anula las opciones propuestas por la ciencia para la generación de vida.

Sin embargo, es correcto emplear técnicas que ayuden a generar una nueva vida humana, según manifestó Juan Pablo II: “las parejas infértiles […] tienen derecho a cualquier terapia legítima disponible para remediar su infertilidad[7]. Es necesario señalar que “remediar la infertilidad” no es semejante a “generar una vida”. La infertilidad se produce debido a obstáculos biológicos tanto en el hombre como en la mujer y si los procedimientos eliminan estos obstáculos, entonces ayudan al acto matrimonial para que sea fructífero, sin sustituirlo ni reemplazarlo[8].

Y ENTONCES ¿QUÉ?

Sí, esa es la pregunta que me hice producto de la frustración que nos embargaba a mi esposo y a mí. ¿Es que acaso no tenemos “derecho” a ser papás? Lamentablemente la respuesta es NO. Tenemos derecho a procrear como lo mencionamos en el primer punto, y por cuestión de terminología lo solemos confundir con fabricar, que es lo que propone la ciencia con las TERA’s. Las personas no se fabrican porque no somos un producto, somos fruto de una unión maravillosa entre hombre y mujer. Como matrimonios cooperamos en la obra creadora de Dios, pero no somos dueños de la misma y ésta es una verdad difícil de aceptar porque se relaciona con nuestra naturaleza, con un deseo profundo, con un derecho natural.

Hay ocasiones en que la naturaleza nos dice que no, pero eso no nos hace menos a los demás, no se acaba la esperanza de ninguna manera. Podemos considerar la infertilidad como una cruz que debemos llevar a cuestas, sin embargo, prefiero abrazar esa cruz y comprender que es una oportunidad para ser más generosos, para ejercer la caridad con los más necesitados y ser padres de manera distinta, la relación entre padres e hijos no se mide solamente por herencia genética, hay una forma de ‘procreación’ que ocurre a través de la aceptación, la preocupación y la devoción. Todo dependerá de la manera en que asumamos las circunstancias adversas. Después de todo, difícil no es igual a imposible ¿verdad?

BIBLIOGRAFÍA

  1. Actas del Congreso Internacional de Bioética 1999. Bioética y dignidad en una sociedad plural – Disponible en: https://www.unav.edu/web/unidad-de-humanidades-y-eticamedica/material-de-bioetica/congreso-internacional-bioetica-1999/nuevas-tecnologiasreproductivas-y-ensenanza-catolica#indicei
  2. Donum Vitae, II, B, 4, 7
  3. Juan Pablo II, “To my brother bishops from North and Central America and the Caribbean assembled in Dallas, Texas”, en Reproductive Technologies, Marriage and the Church (Braintree, MA: The Pope John Center, 1988)
  4. Laboratorio de Reproducción Asistida Fertilab – Argentina http://www.fertilab.com.ar/la-organizacion-mundial-de-la-salud-oms-acaba-de-publicarsu-hoja-informativa-sobre-infertilidad/
  5. Sacheri, Carlos Alberto. El orden natural – 7a ed. Ampliada
  6. World Health Organization. Mother or nothing: the agony of infertility. Disponible en https://www.who.int/bulletin/volumes/88/12/10.011210.pdf
  7. Zegers-Hochschild F, Adamson G, De Mouzon J, Ishihara O, Mansour R, Nygren K, Sullivan E, Van der Poel S. Versión revisada y preparada por el Comité Internacional de Monitoreo de la Tecnología de Reproducción Asistida y la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2010. [Recuperado el 5 de Agosto 2011.Disponible en: http://www.who.int/reproductivehealth/publications/infertility/art_terminology_es.pdf

[1] 1 Zegers-Hochschild F, Adamson G, De Mouzon J, Ishihara O, Mansour R, Nygren K, Sullivan E, Van der Poel S. Versión revisada y preparada por el Comité Internacional de Monitoreo de la Tecnología de Reproducción Asistida y la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2010. [Recuperado el 5 de Agosto 2011.Disponible en: http://www.who.int/reproductivehealth/publications/infertility/art_terminology_es.pdf

[2] World Health Organization. Mother or nothing: the agony of infertility. Disponible en https://www.who.int/bulletin/volumes/88/12/10.011210.pd

[3] World Health Organization. Mother or nothing: the agony of infertility. Disponible en https://www.who.int/bulletin/volumes/88/12/10.011210.pdf

[4] Sacheri, Carlos Alberto. El orden natural – 7a ed. ampliada

[5] Laboratorio de Reproducción Asistida Fertilab – Argentina http://www.fertilab.com.ar/la-organizacion-mundial-de-la-salud-omsacaba-de-publicar-su-hoja-informativa-sobre-infertilidad/

[6] Donum Vitae, II, B, 4, 7

[7] Juan Pablo II, “To my brother bishops from North and Central America and the Caribbean assembled in Dallas, Texas”, en Reproductive Technologies, Marriage and the Church (Braintree, MA: The Pope John Center, 1988

[8] Actas del Congreso Internacional de Bioética 1999. Bioética y dignidad en una sociedad plural – Disponible en: https://www.unav.edu/web/unidad-de-humanidades-y-etica-medica/material-de-bioetica/congreso-internacional-bioetica1999/nuevas-tecnologias-reproductivas-y-ensenanza-catolica#indicei

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