Sin duda, para todo el mundo el 2020 fue un año que no vamos a olvidar jamás. Un año en que la pandemia del Covid cambió nuestra vida desde todos los planos: familiar, laboral, espiritual, social, y económico.
Seguramente a cada uno nos golpeó en alguna parte y tuvimos que replantearnos muchas cosas, lo que fue agotador. Por esto mismo, constatar que América Latina está entrando en una nueva ola de contagios masivos, por la cercanía del invierno es preocupante. Pero no todo el panorama es negro, ya que este año no permitió conocer al “enemigo”, y eso nos plantea una lucha distinta. Menos desigual, más inteligente, con más herramientas, y menos miedo.
Por este tema conversamos con Andrea Saporiti, Psicóloga, especialista en familia, que nos dio algunas claves para enfrentar este nuevo embate viral.
Claudia Echevaría – iFamews.- Andrea, en Argentina ¿cómo estamos parados este año que comienza con una segunda cuarentena?
Andrea Saporiti.- Lo primero que debemos considerar es que hay un cambio en la percepción del tiempo. Antes de la pandemia, sabíamos que el año empezaba a fines del verano, pero ahora hay una sensación de que no hubo un corte, sino que se vive un contínuo. Esto tiene que ver con que el año pasado fue un año de mucho desgaste, el mundo cambió y las secuelas de todo ese esfuerzo empiezan aparecer ahora. Hay un cansancio objetivo que requiere un repensarnos, porque esta situación de pandemia y encierro va continuar, por eso tenemos que ver como pararnos para surfear esta nueva ola para que no nos golpee.
CE – IFN.- ¿El cansancio no tiene que ver con el hecho que creíamos que en 2021 iba a estar todo resuelto?
AS .- Seguramente, esto es como perseguir la zanahoria, pero vino el veranito y se relajaron las restricciones. Pero sabíamos que iba a volver la pandemia, lo vimos en Europa pero teníamos la fantasía que esto no iba a llegar aquí, lo que es muy humano. Lo importante es detenernos y ver que rescatamos del año pasado.¿ Qué aprendimos de esa experiencia?, ¿para qué nos sirvió?. Y a partir de estas reflexiones poder aplicar lo aprendido a la situación que se viene. Sin olvidar que debemos ser siempre responsables de cuidarnos y de cuidar al otro sin dejar de vivir y hacer las cosas fundamentales y esenciales de la vida.
CE – IFN.- En Argentina el tema de Covid está muy infectado de la política y eso nos genera un doble mal humor
AS .- Ese punto es clave y exige ampliar la mirada, porque si uno aprende a discernir que esto un tema de salud, que está pasando en todo el mundo y que no es política, nos da tranquilidad.
Es lamentable que por distintos factores este tema se vicie con lo político, pero tenemos que aprender a separar ambos aspectos para seguir adelante.
CE – IFN.- En Europa ha habido muchas protestas por el nuevo encierro, la gente busca otras alternativas a la cuarentena. ¿Nos puede pasar lo mismo?
AS .- Creo que si las medidas se ponen en un lugar de extremo y sin conciencia posiblemente haya una reacción. Es una realidad que la gente necesita salir a trabajar para comer. Hay que pensar como llevar adelante un cuidado consciente con restricciones que ayuden y haya coherencia. La gente reacciona cuando no hay coherencia. Cuando hay un doble mensaje. Por ejemplo que a la altura del mes no estén las vacunas prometidas, es incoherente. El mensaje debe ser claro, cosa que aquí no sucede. ¡Que un casino esté abierto y una escuela cerrada, es una incoherencia! y la incoherencia genera un enojo. Otro tema muy importante es no quedar atrapados en el miedo. Está probado que el miedo baja el sistema inmunológico. Aquí hay dos extremos: Uno, es la negación del virus, vivir como si no existiera y lo opuesto es el miedo extremo, y no salir a ninguna parte. Lo cierto es que hay que encontrar un punto intermedio, porque el virus existe y la gente muere. Para no quedar atrapados en el encierro “real o el interno”, debemos saber que existe, no quedarnos en la queja y hacer cosas posibles, empezando de lo micro a lo macro. Ocupándome de mi y del que tengo al lado y luego de lo que está más allá.
CE – IFN.- ¿Es bueno hacer planes? Quiero viajar y después me cancelan, ¿no es más frustrante?
AS .- Me parece muy importante diferenciar entre planificar y proyectar. Quizás no puedo planificar demasiado porque todo se está modificando día a día, pero si puedo proyectar, soñar tener una esperanza que trasciende a la planificación. La clave es seguir soñando con ese viaje, pero no planificarlo, no comprar el pasaje, porque si se cancela te va generar una frustración. Pensaba en la película “La vida es bella”, ese padre hace vivir a su hijo una vida bella en un lugar espantoso, sin entrar en una negación de la realidad. Eso es volver a lo esencial ver con quien estoy al lado y ver cómo me puedo y le puedo hacer la vida mejor. Porque la vida continua, sino nos anestesiamos y todo nos da la lo mismo y eso genera angustia y se puede llegar a la depresión. Es bueno compartir con otros como uno siente, hacer cosas simples en la casa, cambiar de lugar los muebles. Algo que te revitalice. Innovar, que no necesariamente es hacer algo nuevo, sino combinar de manera diferente los que venís haciendo, retroalimentarte.
CE – IFN.- Siento que hay una sensación generalizada de cansancio, la gente está hastiada. Veo en los equipos de trabajo, e incluso en la familia, que si bien no tiraron la toalla, todos cumplen y punto. Siento que estamos sin brillo. ¿Qué podemos hacer los que tenemos gente a cargo, colaboradores, o con nuestros propios hijos para recuperar esa chispa?
AS .- Lo primero es abrir espacios de escucha para contar lo que nos está pasando. Muchas veces no nos escuchamos. Escuchar poniendo atención, compartir y darnos cuenta que no es a uno solo que le está pasando esto. A partir de ahí actuar, y la clave es la innovación. ¿Qué se les ocurre hacer?, ¿qué puede aportar cada uno?. Yo estoy convencida que todo esto es un movimiento interno que te invita a dar lo que cada uno tiene. Cierren los ojos y piensen en una red de conexiones en la que cada uno puede dar y se prende algo y así sucesivamente. Hoy no hay líderes a quien seguir, pero cada uno puede ser líder para sí y para otro. El que menos te imaginas puede aportar, pero hay que abrir el espacio. Estamos transitando un nuevo paradigma. Y quizás dentro de ese equipo de trabajo a alguien se le ocurre algo que activa a ese otro y así las personas vuelven a sentir que vale la pena lo que estamos haciendo, aún en el peor de los escenarios. Dar lo que puedo dar y recibir lo que el otro pueda darme esa es la clave.