Una adolescente de Nebraska ha recibido una condena de 90 días de cárcel tras declararse culpable de ocultar el cadáver de su bebé de 29 semanas.
Celeste Burgess, de 18 años, y su madre, Jessica Burgess, supuestamente obtuvieron píldoras abortivas de la India y se practicaron un aborto autoinducido. Después quemaron y se deshicieron del cuerpo del bebé en un campo.
En virtud de un acuerdo de culpabilidad, Celeste Burgess recibió 90 días de cárcel y dos años de libertad condicional, con la posibilidad de una reducción de la condena por buena conducta. Jessica Burgess se declaró culpable de los cargos que se le imputaban, entre otros, practicar un aborto por un médico sin licencia y ocultar la muerte de otra persona. Podría enfrentarse a hasta ocho años de prisión si es declarada culpable.
El caso se centró inicialmente en la eliminación inadecuada del cuerpo del bebé, pero investigaciones posteriores revelaron pruebas del aborto. Los mensajes entre Celeste y Jessica Burgess indicaban su intención de interrumpir el embarazo y quemar las pruebas después. La adolescente se mostró emocionada por haber sacado al bebé de su cuerpo y deseaba volver a llevar vaqueros.
La ley de Nebraska prohíbe los abortos después de las 12 semanas, excepto cuando la vida de la madre está en peligro. Los fármacos abortivos utilizados en este caso se obtuvieron supuestamente de la India, y no está claro de qué fármacos concretos se trataba.
Cabe destacar que no se recomienda el uso de estos fármacos después de las 10 semanas de embarazo. La ley de Nebraska exime a las madres embarazadas del castigo por abortar, pero los autores sin licencia o formación médica pueden ser procesados por matar a bebés nonatos en avanzado estado de gestación y poner en peligro la vida de la madre.