¿Qué es un hijo?

En el tema de la adopción de parejas homosexuales, nos encontramos con fervientes defensores, otros que no lo ven tan mal, los hay que incluso afirman que cuidan mejor a los hijos que las parejas formadas por hombre y mujer, y, por último, los que rechazan esta acción.

Sin entrar, esta vez, a debatir este asunto, quisiera centrarme hoy en una de las cuestiones que se han de aclarar que provocan esta disparidad de opiniones: ¿Qué es un hijo?

Por un lado, es frecuente hallar la idea de maternidad en revistas o publicidad específica de ello, como la etapa más feliz de toda mujer. Pero, por otro lado, es como una especie de enfermedad de la que hay que huir, que estropea el físico, quita tiempo, hace sufrir, demasiada responsabilidad, supone un gran coste económico…

Algunos padres ven a un hijo como un pequeño adulto y le exigen demasiado, otros no se dan cuenta que va creciendo y le tienen sobreprotegido de más… para algunos es como el fruto de los sueños incumplidos durante su infancia y  que éste hijo sí podrá tener o realizar. Para otros, todo un reto educativo al que hay que empeñarse cada minuto… Hay mucha información de todo tipo, pero sin unos criterios claros de lo que es un hijo.

¿Qué es un hijo?, si no tuviese hijos, la verdad es que me resultaría bastante difícil hablar de esto, pero ya que tengo seis, puedo, bajo mi experiencia y la de tantos padres, explorar la maravilla que supone este regalo.

La realidad es que cada vez en España se tienen menos hijos.

El Instituto Nacional de Estadística[1] hizo pública la situación preocupante de España, indicando que si se sigue con la tendencia actual, dentro de 50 años, se habrán perdido cinco millones de habitantes, uno de cada tres serán mayores de 65 años y el número de personas solas será de un 20%  mayor que ahora. Es decir, España será un país sin niños y sin familias.

Para cada vez más personas, un hijos es un deseo, un capricho que se hace casi inalcanzable para los que quieren, pero por diversas causas no pueden y recurren a última instancia a la fecundación in vitro. Y en relación con esto, en el 31º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Fertilidad[2], se alertaba que uno de cada tres bebés nacidos en España ha sido concebido en un laboratorio, donde el 78´5 de los embriones usados en la fecundación in vitro acaban siendo abortados, donados (para fines cosméticos, farmacológicos, alimenticios…) o congelados por razones de “viabilidad” o conveniencia pactada entre los padres y el profesional sanitario. ¿Es o no es un ser humano desde el mismo momento de la concepción? ¿Desde cuándo se puede llamar padre a un hombre o madre a una mujer? ¿Tan sólo cuando ven al hijo, cuando tiene doce semanas de concepción?… ¿Cuándo? ¿No es acaso hijo ya el que ha sido concedido en el vientre?

El hijo es visto, no como el fruto del amor, de una entrega incondicional, de cuerpo y alma, una donación que se prolonga en una nueva vida. Un hijo actualmente es visto como el producto de la propia decisión.

El escritor José Saramago escribía en una ocasión: “Un hijo, es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar más que a nosotros mismos”.

Seguramente esta sea la clave para entender qué es un hijo: amar.


[1] https://abc.es/sociedad/abci-2066-cada-tres-espanoles-tendra-mas-65-anos-201610201119_noticia.html

[2] https://actuall.com/democracia/el-785-de-los-embriones-usados-en-la-fecundacion-in-vitro-acaban-abortados-donados-o-congelados/

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