Estimado ministro,
El Honorable Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural. Igualdades.
La Unión Europea ha dado un paso más hacia una mayor vigilancia de los ciudadanos. La situación exige una acción decisiva, ya que la controvertida directiva debe ser aplicada antes de agosto de 2022 por los países de la UE. Los cambios en la legislación polaca serán de gran alcance.
Los políticos europeos asumen que las mujeres nos vemos obligadas a casarnos para cuidar a los niños pequeños. Esas insinuaciones son escandalosas. Suponen que nuestros maridos nos obligan a quedarnos en casa con los niños mientras ellos van a trabajar. Creen que no queremos eso y que no debemos quedarnos en casa con los niños más tiempo del necesario.
En cambio, nosotros creemos que es un derecho de los padres determinar entre ellos quién se ocupará de la casa y de los hijos y quién trabajará, es decir, el reparto de responsabilidades. No hay una forma única de hacerlo, ya que cada familia es diferente y lo resolverá de forma distinta. Entonces, ¿por qué obligar y presionar a los padres para que la mujer se reincorpore al trabajo lo antes posible, ya que somos nosotras las que con más frecuencia nos tomamos el permiso de maternidad y paternidad? Por ello, este problema nos preocupa especialmente.
Hasta ahora las normas estipulan que la mujer que quiere volver a trabajar puede transferir su permiso de maternidad y paternidad al padre del niño y es él quien puede quedarse en casa con ella, aparte del propio periodo inmediatamente posterior al parto, que debe pasar en casa por motivos de salud.
La Unión Europea no deja de subrayar que se trata de un problema que hay que corregir, incluso en contra de los propios padres jóvenes afectados, que desearían que la mujer se quedara en casa con el recién nacido durante todo el periodo de permiso de maternidad y paternidad. Nos retrata como desfavorecidos por el hecho de querer cuidar a un niño pequeño que acaba de nacer. ¿Es realmente así? ¿Por qué los políticos europeos se permiten hacer insinuaciones tan escandalosas?
Además del mero cambio de legislación que supone la controvertida directiva, los políticos europeos están popularizando este tipo de narrativa en diversos actos “pro-mujeres”. Un ejemplo de ello es una reciente reunión sobre asuntos de la mujer durante la pandemia de austeridad. El acto fue organizado por la Comisión Parlamentaria de Derechos de la Mujer de la UE para conmemorar el Día Internacional de la Mujer de este año.
El propio spot que anuncia el evento retrata a la mujer como explotada y abrumada por las responsabilidades domésticas de forma muy clara. En el vídeo, de un minuto de duración, vemos a una esposa y madre que intenta compaginar las tareas domésticas con el trabajo a distancia y el cuidado de su familia. Una mujer cocina, lava los platos, hace la colada, da de comer al bebé, trabaja con el ordenador, abraza a un niño pequeño que llora. El padre de familia se va a trabajar y no regresa hasta la noche.
La película termina con las palabras: “Son principalmente las mujeres las que cuidan de otros miembros de la familia de forma invisible. Es hora de centrarse en la igualdad de género”.
La tesis se repitió posteriormente en la conferencia. Citando la investigación de Eurostat, se presentó una conclusión bastante obvia: que la pandemia y el trabajo a distancia resultante habían provocado un aumento de las dificultades de “equilibrio entre la vida laboral y la personal”, especialmente para las mujeres.
Sin embargo, estas dificultades -demasiado reales- no se achacaban a las políticas de bloqueo y anticovacha de los distintos gobiernos, sino a… la división tradicional de los papeles en el matrimonio.
El mensaje del spot y de la conferencia es claro: las mujeres están supuestamente descontentas con el cuidado de los hijos y carecen del apoyo de sus maridos en este sentido. Los padres de los niños son retratados como aquellos que no se involucran en el cuidado de los niños y en las tareas domésticas, mientras que las mujeres las realizan de forma independiente y a regañadientes.
Es difícil resistirse a la impresión de que una situación excepcional, de hecho muy difícil, que para muchas mujeres fue indudablemente causada por la pandemia, fue utilizada para promover soluciones que los Comisarios de la UE habían planeado hace mucho tiempo.
Se trata de alinear los roles sociales de hombres y mujeres. Para ello, la controvertida directiva sobre la conciliación de la vida laboral y familiar se inmiscuye directamente en los asuntos privados de los cónyuges, y todos los Estados miembros deben aplicarla antes de agosto de 2022.
¡Este es el ejemplo más flagrante de intromisión en la vida familiar! El documento de la UE impone, entre otras cosas Permiso parental de dos meses exclusivamente para los padres, sin posibilidad de pasarlo a las madres.
Nos gustaría destacar que consideramos un buen cambio que en Polonia se haya previsto la modificación de la legislación de forma que se amplíe el permiso de maternidad y paternidad en estas nueve semanas. Sin embargo, creemos que debería darse el caso de que el padre que no desee tomar el permiso tenga derecho a pasar esas nueve semanas a la madre del niño. No conocemos la situación de todas las familias y creemos que son los padres quienes deben determinar entre ellos el reparto del cuidado de los niños. Los funcionarios del gobierno no deben interferir en esto.
Por eso pedimos que se modifique la normativa prevista y que no se introduzcan directivas en los países de la Unión Europea, incluida Polonia, que obliguen a repartir las responsabilidades de cuidado de los hijos entre los padres, según determinen los funcionarios.
Abogamos por ampliar al máximo los permisos de maternidad y paternidad. Esto es muy bueno para el desarrollo del niño. Tiene un impacto positivo.
Le saluda atentamente
Maria Preficz y Joanna Deka
Junta de la Confederación de Mujeres Polacas