Dice la Escritura que cuando Herodes se enteró de la llegada del Mesías esperado, mandó a los Magos que volvieran para informarle. Éstos, milagrosamente, no lo hicieron, pero no pudieron evitar la matanza de los niños belenitas. El primer martirio cristiano de la historia, primero de otros muchos que vendrían hasta nuestros días.
Hoy, muchos niños también mueren a manos de otros Herodes. Son los bebés abortados. Y esos Herodes son los políticos que han implantado el aborto o lo han consentido sin hacer nada por evitarlo. Y son los médicos y enfermeros que lo han practicado. Aparte de asistentes sociales, feministas de todo pelaje y asesores macabros de una liturgia de sangre.
Herodes fue también el que buscaba al Niño y éste tuvo que huir. La Familia santa buscando refugio y escapando de la espada del tirano, como tantos cristianos han tenido que escapar de la persecución enfrentándose a calamidades y miedos. Oriente Medio, China, Pakistán, etc, son escenarios actuales de persecución, donde los misterios de la Navidad se representan hoy.
Y también un Posadero que no tiene sitio en su Posada para una mujer a punto de dar a luz. Una verdadera problemática familiar. No menor que las que se viven ahora. Se cierran puertas a la Familia de hoy. No es fácil vivir en familia, y mucho menos celebrar en familia una verdadera Navidad.
Todo este escenario se me agolpa en estos días previos de Navidad, contemplando el Belén de casa. Un Pesebre especialmente puesto con cariño. Un Nacimiento con luces, corcho, musgo… Pero muy diferente a ese otro, frío, oscuro, desagradable, mal oliente… donde nació Jesús, en la ciudad del rey David.
Como es fría la eutanasia practicada al abuelo enfermo. Como es oscura la noche de la madre que abortó cuando siente el vacío de su vientre. Como son mal olientes las cárceles de los cristianos encerrados por su fe, como lo fue la de Asia Bibi en Paquistán, o las de Boko Haram o el Daesh.
Por eso alzamos la voz en la noche santa de la Nochebuena. Por eso decimos SÍ a la Vida, NO al aborto, NO a la eutanasia. NO a las coacciones, las persecuciones, los totalitarismos impositivos que quitan símbolos religiosos, que destrozan belenes, o que ocultan esos mismos belenes en nuestras ciudades, con argumentos de falsa modernidad.
Alzamos la voz por los que no tienen voz con Jesús Poveda, un auténtico líder de la batalla contra el aborto, que ha rescatado ya a muchísimos niños en el último momento, cuando ya el hacha estaba levantada. Y se lo agradecen años después incluso.
Jesús ha hecho rescates en España desde hace muchos años, dando a conocer una nueva forma de plantarle cara al aborto. Es un auténtico pionero en esta clase de batallas. Son rescates en frío, a pie de abortorio…
Hablamos con él el otro día en un ENCUENTRO Familia, Vida, Libertad especialmente emotivo.
Pero Jesús dice que hay 364 días al año de asistencia a las madres, y uno solo de RESISTENCIA. Ese día decide plantarse, junto a sus colaboradores, y no dejar pasar a nadie, ante el abortorio Dator de Madrid. Es el día 28 de diciembre de cada año, fiesta de los Santos Inocentes. Lógicamente, se lo termina llevando la Policía a la comisaría más próxima, en volandas, como un criminal. Como si el asesino fuera él, y no los que están del otro lado de la puerta de ese centro de muerte y dolor.
También alzamos la voz por los ataques a la familia, que vemos más dolorosamente precisamente en estos días, que se vivían unidos, en familia. Fue con Rosario Becerril, activista social y madre de familia numerosa.
Esos ataques a la familia natural, desde ámbitos políticos y desde lobbies de presión, junto a la secularización y mercantilización de esta fiesta, no ayudan precisamente a que se penetre en la verdadera tradición: trasmitir de padres a hijos un Misterio insondable: Dios ha amado a la humanidad hasta tal punto, que se ha hecho uno de nosotros, carne mortal, en el seno de una muchacha, en una cueva de animales.
Levantamos la voz en la noche de la Navidad para cantar con los ángeles un Gloria a Dios por los mártires. Por los que dan su sangre, su libertad, sus bienes, por defender al Cristo que ha nacido. Y por los abusos del laicismo, de la indiferencia, de la secularización hacia los cristianos. Odio a la Fe e indiferencia a la fe. Exactamente igual que hace 2020 años.
Estuvo con nosotros una joven periodista, especializada en Libertad Religiosa: María García, portavoz del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia
Si. Añoramos la navidad de nuestra infancia… Nos lamentamos de esta navidad en pandemia, de las restricciones… Pero lo que verdaderamente debería importarnos es la pérdida del auténtico sentido de la Navidad, esa Navidad laica que se disfruta compulsivamente, a base de consumo desmedido, luces sin referencia alguna a la fe, comidas desaforadas…
¿La Navidad está en riesgo? La analizamos en estos tres valores fundamentales que posee. La vivencia y celebración en la familia. La defensa de la Vida y la maternidad. Y la libertad religiosa, en esos mártires cristianos actuales, que en Navidad recordamos especialmente. Y en esos ataques laicistas que sufrimos hoy.
Departimos con ellos en una mesa-camillla navideña, donde los olores y sabores genuinos de la navidad más entrañable se mezclarán con confidencias de la vida y la experiencia… No te pierdas al Poveda más auténtico, junto a sus dos acompañantes especializadas de la tertulia: Rosario Becerril y María García.
¡Feliz Navidad en Familia!