En la página web del Centro Studi Rosario Livatino hay un artículo sobre la alarmante situación del aumento del número de muertes accidentales de trabajadores en el lugar de trabajo:
El número de trabajadores fallecidos como consecuencia de accidentes laborales en Italia en 2022 superó los 1.000, más concretamente 1090 según las encuestas del INAIL realizadas el 31/12/2022. En 2021, el número de víctimas mortales en el trabajo fue de 1.221. La cifra parece mostrar una ligera mejora de la situación (131 muertes menos en el último año), pero al contabilizar el año 2022 hay que tener en cuenta la proporción significativamente menor de muertes debidas a Covid-19. Por lo tanto, el número de muertes de blancos vuelve a estar en línea con los altos niveles de la época prepandémica.
Así lo confirma el aumento del número de notificaciones de accidentes (+ 32,9 % en los diez primeros meses de 2022) y el incremento de los accidentes de trayecto, que aumentaron un 21 %, según los datos provisionales publicados por el INAI. Entre los sectores más afectados están la sanidad, el transporte y la industria manufacturera.
Como recordó el Primer Presidente del Tribunal de Casación, Dr. Pietro Curzio, en su discurso de investidura para el año judicial 2023, “una estrategia de contención y reducción de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales sólo puede hacer mella en las inaceptables cifras antes señaladas mediante un sistema de control generalizado, eficaz y moderno“.
La respuesta penal, necesaria en cualquier caso para sancionar a los responsables de las violaciones, no basta para reducir el número de muertes. Para prevenir este fenómeno, es esencial actuar antes de que se produzcan los accidentes.
Hay dos áreas clave de actuación: aumentar los controles de inspección y mejorar la formación de los trabajadores.
En cuanto al primer aspecto, se señala que existe una estrecha correlación entre las muertes relacionadas con el trabajo y el trabajo irregular. De hecho, se calcula que el volumen de negocio de la economía sumergida en Italia ronda los 200.000 millones al año, de los cuales 76.000 millones corresponden al mundo del trabajo en diversas formas, como el trabajo no declarado e irregular.
Se trata de relaciones laborales viciadas, muchas de las cuales carecen de las protecciones necesarias, como en la denominada contratos pirateados, es decir, aquellos acuerdos firmados por sindicatos y asociaciones patronales no representativas que se desvían en perjuicio de los salarios mínimos estipulados en los convenios colectivos nacionales.
Además, para reforzar la actividad inspectora, debería incrementarse la plantilla actual de la Inspección Nacional de Trabajo, que, a pesar del aumento tras las últimas oposiciones, no es la adecuada para prevenir eficazmente el fenómeno debido al limitado número de inspecciones. A esto se añade el problema de la falta de coordinación e integración efectiva entre la Inspección Nacional del Trabajo, el INPS y el INAIL.
El segundo elemento esencial para erradicar la lacra de las muertes blancas es invertir más recursos en la formación de todos los agentes en materia de seguridad laboral.
En primer lugar, es necesario que las regiones elaboren memorandos de entendimiento con las demás administraciones competentes del Estado, los sindicatos y las asociaciones empresariales, así como planes de prevención y directrices que contengan herramientas útiles para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores, como el diseño de lugares de trabajo seguros.
Además, hay que destinar más recursos a la formación y reciclaje de empresarios, responsables de servicios de prevención y protección y representantes de los trabajadores. Es especialmente importante impartir una formación que incluya el análisis y la identificación de los riesgos laborales y las posibles acciones para proteger a los trabajadores.
Por último, la cultura de la seguridad en el trabajo también debe promoverse en las escuelas y universidades mediante cursos de formación específicos para profesores con el uso de herramientas multimedia y materiales didácticos e informativos para los alumnos, así como mediante la realización de convocatorias financiadas por las regiones y el INAIL para la asignación de subvenciones a proyectos educativos interdisciplinarios.